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31 may 2025

Storm and Sea, por Tereza Kane

Storm and Sea
Por Tereza Kane ‧ 2025
Storm and Sea Saga
1. Storm and Sea | 2. ¿?


Atreus has carved out a quiet, stable life among humans on the island of Baia Vita, earning their respect while hiding a dangerous he is Mer. Exiled by his own people for the color of his scales, he has learned to navigate life as an outsider, finding solace in the rhythms of the fishing village. But his fragile peace is shattered when Nyel, a naïve and determined runaway Mer fleeing the suffocating traditions of his home, lands on the island.
Nyel’s arrival disrupts everything Atreus has built. Though they clash at first, their growing friendship—and the flicker of something more—forces both men to confront the prejudices and traditions that shaped them. But their personal struggles are interrupted when a powerful criminal family begins stripping Baia Vita’s bay of fish, threatening the village’s survival. As starvation looms, Atreus and Nyel must join forces to save the humans they’ve both come to care for. Yet, with their secrets on the verge of exposure, they must tread carefully. After all, the very people they hope to protect might destroy them first.
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    ¿Recuerdan Luca? Sí, sí, la película de Disney sobre dos tritones, o pececitos, que se embarcan al mundo de los seres humanos y tienen un montón de aventuras bien lindas aprendiendo sobre ellos y descubriendo sus sueños por el camino. ¿Y recuerdan que hubo una época donde se armó tremendo revuelo porque algunos decían que era representación LGBTIQ+ y otros que solo estaban representando una bonita amistad y que eran muy pequeños para querer estar insinuando algo más? Pues bueno, esta es la historia de lo que hubiese pasado si ambos personajes no solo fueran LGBTIQ+ sino también un poco más grandes
    Se supone que debería haber publicado esto hace más de un mes, pero ejem, no me voy mucho con los horarios (ya me acordé porqué nunca colaboro). Por lo que esta historia ya está más que disponible, si acaso quieren hacerse con ella.
    Como les dije, esto es básicamente Luca con personajes adultos. La historia tiene cinco puntos de vista. El de Atreus (nuestro Alberto), un mestizo que es rechazado por todos los mer, por lo que decidió vivir en la tierra, pasando las épocas de lluvia escondido en una pequeña isla; y las de sol, fingiendo que es un chico que quiere ayudar con las labores de pesca. Las que están lejos del agua, al menos. Sus planes se ven un poco interrumpidos cuando aparece Nyel. Este es un sireno que acaba de huir de sus padres porque querían involucrarlo en un matrimonio con alguien que no le gusta. Para los mer, los vínculos de apareamiento son bastante sagrados, es por eso que Nyel no quiere atarse a una persona que no ama, pero dada la insistencia de sus padres, termina en la pequeña isla en la que se refugia Atreus, quien ahora no solo debe esconderse de los humanos, sino también de Nyel, pues ser mestizo significa que la locura le persigue. 
    Por otro lado, tenemos a Nephi, quien es el medio hermano de Nyel. Nephi es un mestizo, producto de una relación que tuvo su padre fuera del vínculo antes de asentarse con la madre de su hermano pequeño. Rechazado tanto por su especie, como por los humanos y acosado por la supuesta locura que persigue a su tipo, Nephi los odia a todos y busca formas para vengarse, lo que lo lleva a estar involucrado en una exploción que no solo le arrebata a su compañero, sino que también le quema la mitad del cuerpo. Con la excusa de llevar a su hermano devuelta a su hogar, Nephi se aproxima a la superficie, dándose cuenta de que hay un humano que se está ahogando. Por algún motivo, este humano le recuerda a su pareja recién fallecida y, en un acto que no comprende, termina salvándolo.
    El humano resulta ser Leofel, amigo de Atreus, quien es el único sustento de su familia. Con un padre alcohólico y una buena cantidad de hermanos menores, su vida consiste en proveer, a como dé lugar, para ellos, razón por la que estaba afuera a pesar de que había una tormenta y casi se ahoga. Leofel solo recuerda que fue salvado por un color de escamas, pero esto le ronda la mente todo el tiempo.
    Finalmente, tenemos a Marina, la cual es, de lejos, el personaje menos interesante que nos presenta la autora. Su núcleo es que no encaja en ninguna parte porque es única y diferente. En el colegio la creen una chica humilde, sin saber que su madre era una famosa y, por tanto, está forrada en dinero. Pero, en la isla, la creen una pija, porque, aunque no va mostrando lo que tiene, ella se va a estudiar en escuelas de élite. Marina tiene el sueño de organizar las competencias físicas del festival de la isla y esa es su meta a través de la novela. Organizar. Por ahí se le pretende dar un interés romántico que podría estar interesante dependiendo de cómo lo lleven en los siguientes libros, pero que no tiene mucho de dónde agarrar en este
    Siento que al hacerlos adultos y con preocupaciones más acordes a lo que viven, la autora ha logrado darle más profundidad a la historia, hablando de problemáticas vigentes como la contaminación, la corrupción y un montón de situaciones de trauma, abuso y desordenes, siendo esta lo que supondría la punta del iceberg, pues es un primer libro bastante introductorio.
    Tenemos a Atreus hablando sobre el sentimiento de no pertenecer de la soledad e incluso de la locura. Enfatizando, en él más que en cualquier otro, a través de los recursos visuales de la historia, la importancia de la salud mental. Nyel, hablando de las expectativas ajenas, el peso que estas suponen en nosotros y el aprender a poner límites. Nephi, que es la historia de cómo la segregación puede repercutir en la vida de las personas, pues él se siente solo en el mundo y, a diferencia de Atreus, que encontró otro camino lejos, lo único que añora es venganza. Leofel, hablando de las responsabilidades y las cargas que nos ponemos encima; además, en su subtrama se nos habla de abuso sexual (no explícito), agresiones y la corrupción, donde aquel que más dinero tiene parece poder hacer con los demás lo que le viene en gana. La trama más débil, como ya dije, recae en Marina, cuyos problemas resultan bastante infantiles en el gran esquema de las cosas, pero que, cuando menos, sirve para hablar de las cosas positivas, ya que en ella se destaca la familia, la aceptación de lo diferente y el mantener nuestros valores a través de las pruebas de la vida.

He'd once heard Marina call Atreus' freckles 'angel kisses.' Nyel preferred to think of them as tiny constellations, like a map of stars scattered across his skin. He wondered where they led.

      Lo cierto es que, además de sentir que la escritura de la autora es bastante hermosa cuando se centra en ello, las formas en las que jugó con su historia y lo que permite un formato de libro, me parecieron bastante bien logradas. Cuando Atreus tiene uno de sus episodios de ataques de pánico, se cambia la fuente, se ve mucho más tensa y ruidosa, menos pulida y tranquila, como suele ser él. Los tamaños también cambian, demostrando el impacto que aquellos triggers desencadenan en su mente. Es un recurso simple, pero contundente. Personalmente, a mí el sentimiento sí me afectó, ayudándome a entrar en la historia y a empatizar con su situación. 
    Sobre las relaciones creadas, siento que más allá de crear vínculos más o menos estrechos con los intereses amorosos, no se siente como si la mayoría de ellos se interesara los unos por los otros la mayor parte del tiempo. Llevan vidas bastante separadas, al punto de que cuando aquellos momentos de trauma están sucediendo frente a las narices de los demás, estos ni siquiera saben identificarlos. Claro, tenemos casos como el de Atreus en el que es más sencillo que se abra sobre sus problemas con Nyel, siendo de especies similares; pero luego tenemos a Leofel, que se supone siempre ha pasado tiempo con Atreus y Marina, y está viviendo un infierno que incluso le lleva a tener moretones por todo el cuerpo, y ninguno de los dos se da cuenta o se preocupa en indagar más allá de lo aparente. Resultando curioso que quien más lo odia, Nephi, sea el único que lo reconoce. No intenta endulzar las cosas ni darle ánimo con palabras, pero al menos descifra que algo gordo le está sucediendo. 
    Estrechar los lazos entre los personajes, y no hablo solo entre los diversos narradores de la historia, sino sobre todos aquellos que se hacen presentes de una forma u otra a lo largo de la trama, les hubiese dado más credibilidad a los sucesos, los cuales, quieras o no, traen a la mesa sentimientos de confianza, apego y nostalgia que no fueron profundizados, sino utilizados de forma conveniente para lograr un cierre de arco que se sintió un poco antinatural. No puedes apelar a una relación filial que nunca me has mostrado para salirte con la tuya en los planes de tu obra y esperar que me lo crea. En este tipo de casos es cuando el “muéstramelo, no me lo cuentes” tiene más sentido, pues de nada me sirve que me diga que, por ejemplo, Atreus y Leofel tienen años de conocerse y son mejores amigos, cuando en el desarrollo de la historia lo único que veo entre ellos es desinterés mutuo a menos que se trate de Nyel, por quien se pelean románticamente sin reconocerlo. 
    En sí, la parte del romance me resulta interesante. Atreus y Nyel me resultan bonitos porque me remiten a Luca y Alberto. Es como leer un fanfic de ambos cuando son ligeramente más grandes. Pero el punto fuerte es la relación de Leofel y Nephi, quizás porque también me parecen los personajes más interesantes de toda la historia, siendo quienes tienen pasados y presentes más turbios, y quienes, además, se repelen y atraen al mismo tiempo. El progreso de su relación es bastante simple, teniendo en cuenta la forma en que se conocen, las situaciones en las que suelen coincidir y sus personalidades, pero eso es lo que, a mi parecer, lo hace más entrañable, que sea lento y natural, teniendo en cuenta que para Nephi los humanos son de sus mayores enemigos y que Leofel está atravesando uno de sus peores momentos, en donde no puede confiar en nadie. El desarrollo de su relación en esta primera entrega tan solo pasa de extraños a extraños ligeramente amigables, lo que me hace desear que en futuras entregas tenga ese mismo aire. Pasos lentos, pero seguros, en crear algo sólido y profundo, quizás un poco sangriento en los bordes, pero impactante de una buena forma.
    Mi principal problema con la historia es que toma tantas referencias del original, que a veces se olvida de ser una obra diferente que debe funcionar por sí misma. La forma en que los Mer se transforman es la misma, los sueños de todos son los mismos y las reacciones de todos a los diversos sucesos, son las mismas. Esto en sí mismo no es tan chocante hasta que las acciones dejan de concordar con las edades de los personajes, que ya no son tan pequeños, logrando que el lector se desconecte un poco de la lectura. 
    El punto donde más lo sentí fue en el festival con la forma absurda en que la autora intentó que los tres principales de la película estuvieran involucrados. Todos sabemos que en la peli este festival fue un punto importante para la revelación de quiénes eran realmente Luca y Alberto, pero era solo cuestión de sentido común saber que eso no funcionaría de la misma manera en una historia con los tintes de esta. Si bien no son ellos los que montan esa bicicleta, la forma en que intenta hacerlo coincidir sigue sintiéndose forzada. 
    Lo cierto es que esta es una historia con muchas posibilidades. Posibilidades porque hay demasiadas formas en que la autora puede seguir trabajando en lo que ha presentado para esta introducción. Siento que con todos los temas y pequeñas tramas que ha soltado solo puede ir cuesta arriba o estrellarse de forma estrepitosa en el fondo. Deseo, de corazón, que sea la primera, porque me interesa mucho saber en qué va a derivar lo que ha traído a la mesa, especialmente la relación de Leofel y Nephi. Es una obra que, sin ser lo mejor en el género, es bastante disfrutable e interesante, con posibilidades de convertirse en una obra que genere impacto, dependiendo de cómo se trabaje en las próximas entregas. 

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24 may 2025

Duskwalker Brides (1-8), por Opal Reyne

     Hace un par de años empecé con la saga de las Duskwalker Brides, una serie de libros de monster romance, en donde la cualidad encantadora de los protagonistas masculinos es ser una mezcla variopinta de criaturas con el cráneo de un animal por cabeza. Estos ganan fuerza al alimentarse de demonios, las características de su cuerpo las obtienen de los primeros animales que consumen, y la inteligencia, la adquieren de los humanos, a los cuales también se deben comer. Otra característica especial, es que están diseñados para ser consumidores de almas, con un hambre eterna hasta que consiguen una novia que les da la suya por voluntad propia, momento en que esta ansiedad por comida finalmente se sacia. ¿El problema? Al estar guiados por sus instintos más básicos, en donde la rabia o el olor de la sangre los envía en un frenesí de consumo, tanto los demonios como los humanos los consideran demasiado peligrosos para siquiera lograr tener una conversación con ellos.

    Con esta premisa, a lo largo de ocho libros iremos conociendo a los distintos Duskwalkers, con más o menos humanidad, y la forma en la que logran conseguir el amor de maneras inesperadas. Todos los libros son narrados a dos voces, por lo que conocemos tanto la perspectiva del monstruo, como la del humano. 

Duskwalker Brides   

 por Opal Reyne  2022 al 2024

Fantasía | Paranormal | Romance


Contiene spoilers de todos los libros de la serie

En este mundo apocalíptico, los humanos vivían de forma tranquila hasta que, un día, llegaron los demonios a través de un portal. Los demonios, guiados por sus instintos de depredadores, arrasaron con todo a su paso, obligando a los humanos a refugiarse, retrasando con ello su avance tecnológico. Estos, siendo intolerantes a la luz del sol, se refugiaron en un gran velo de sombras, creado por Weldir, un semidiós, padre de lo que posteriormente serían los Duskwalkers, saliendo a cazar solo en las noches y en el cobijo de la sombra de los grandes bosques. Las vías marítimas fueron reducidas a nada, por culpa de las criaturas monstruosas bajo el agua. Así, los protagonistas humanos crecieron en un mundo bastante medieval, donde las supersticiones eran el pan de cada día y el papel de la mujer siempre fue tenido a menos.

★★★★☆
    Así conocemos a la primera protagonista, Reia, una mujer que experimenta poco miedo y que, gracias a saber controlar esa característica, fue superviviente de un ataque de demonios que arrasó con el resto de su familia. Vivió aislada toda su vida, tratada como un mal augurio por todos en su ciudad y, una vez que cumplió la edad suficiente, fue ofrecida como sacrificio a Orpheus, el primer Duskwalker que conocemos. Orpheus es un Mavka con bastante humanidad, que desde hace mucho tiempo está en busca de su novia. Cada diez años viaja a esta ciudad con la intención de obtener una humana que quiera darle su alma. A cambio, el diseña un hechizo de protección para que los demonios no puedan entrar al lugar. Aunque su intención es buena, el miedo de las chicas que le son dadas generalmente termina haciendo que se las coma incluso antes de llegar a su casa. Las pocas que logran sobrevivir un tiempo, son secuestradas por Jabez, el rey demonio, quien tiene bastante animadversión por Orpheus y haría cualquier cosa por verlo sufrir. Ambos son almas bastante dolidas, con pasados tristes en donde son incomprendidos y culpados por acciones que ni siquiera tenían la madurez para entender, lo que los lleva a ser una pareja excelente.

    Para el segundo libro, la protagonista es Delora, una mujer que, engañada por su esposo con la hija del alcalde de su aldea, decide asesinarlos a ambos al encontrarlos en pleno acto. Esto, hace que los ciudadanos se decanten por arrojarla al Velo, donde no le espera más que una muerte segura. Sin embargo, por obra de la madre de los Duskwalkers, Delora aterriza sobre Magnar (mi favorito), un Mavka con cabeza de zorro, que a pesar de tener muy poca humanidad, es bastante dulce y atento, ayudando a sanar las heridas físicas y mentales de Delora, mientras aprende sobre límites, amor y un par de cosas humanas

    Luego tenemos a Mayumi. Ella viene de una larga línea de cazadores de demonios, así que es la primera mujer luchadora de toda la serie. De niña, Mayumi, con fiebre, salió a buscar a su gato perdido, encontrándose con Faunus en el bosque. En su delirio, Mayumi confundió al enorme Duskwalker con su gatito, lo que llevó a que este se prendara de ella. Siendo la primera humana que no le había tenido miedo y teniendo un buen nivel de inteligencia, Faunus decidió que la cuidaría desde lejos, cosa que se complica cuando ella crece y el cráneo de Faunus, la única debilidad de los Duskwalkers, casi es destruido por el rey demonio, Jabez. Con quizás poco tiempo en el mundo, él decide que quiere pasarlo junto a ella.

    En el cuarto libro, cambia por completo el universo. Trayendo consigo a Raewyn, una elfa ciega que, por culpa de un accidente, termina en la Tierra. Con el objetivo de encontrar magia para regresar a su planeta, se une en un viaje a Merikh, un Duskwalker que odia todo lo que se le atraviesa, pero que despierta un especial interés en la mujer. Siendo Merikh el más viejo de todos los Mavka, tiene mucho lore para darnos, entre eso, el verdadero objetivo de Jabez, que pasará a ser ligeramente importante en el resto de la serie.

    La siguiente protagonista es Emerie, también cazadora de demonios, quien se enfrenta a un problema ético cuando su gremio captura a un Duskwalker y empiezan a experimentar con él, sobre cómo funciona su cuerpo y las formas de matarlo. Siendo los Mavkas semi inmortales como son, Emerie tiene que ver cómo Ingram es abierto, cómo su corazón es extirpado, entre otros, y, sin embargo, nota que todavía puede razonar. Dándose cuenta de que estos seres quizás no son tan malos ni salvajes como en principio se creía, decide liberarlo y escapar con él.

    Para el siguiente libro nos encontramos en el más allá. Siguiendo a Aleron, un Duskwalker que fue asesinado por demonios, y a Gideon, el humano con el que decide crear su vínculo. Este libro es de los pocos que extiende el lore, destacando el planeta de los elfos y su implicación en la llegada de los demonios a la tierra, así como ampliando en los conocimientos que el lector tiene sobre los Mavka, que, al ser recolectores de almas e hijos de un semidios del vacío que es, a su vez, dios de la muerte en la tierra, pueden revivir. 

    Del séptimo libro ya les he hablado. Es bastante independiente de todos los demás, teniendo en cuenta que los protagonistas de este no saben ni están interesados en nada de lo que sucedió en los libros anteriores. Son una persona y un monstruo sanando sus traumas respectivos y aprendiendo a amar a través del camino. Lihn, la humana, que ha sido víctima de abuso sexual y Natahir, el Duskwalker, que ha perdido su voz debido a los errores del pasado.

    Finalmente, la serie cierra haciendo un arco de redención para Jabez, quien termina siendo emparejado con Zylah, hija de Magnar y Delora. Y, aunque los libros venían en caída desde el cuarto, es aquí donde finalmente el lector lo siente.

    Sí, como les dije, soy muy fan de estas historias. Por un lado, porque ya saben que me encanta la premisa del monstruo que es más sensible que el ser humano, que se esfuerza por comportarse bien en una sociedad que fue diseñada para rechazar sus instintos más básicos y sus necesidades más primarias. Que, a pesar de su exterior tenebroso, tiene un interior suave, respetuoso, dulce, pero que al mismo tiempo puede ser protector y bastante feroz a la hora de defender lo que considera que es suyo y aquello que ama. Por el otro, porque me encanta leer literatura basura. Eso es lo que hay aquí, una serie sin mucho sentido que se centra en emparejar personas de formas ridículas y nos lo creemos, porque en el fondo, por más escépticos que seamos, creemos en el amor, incluso si es un poco tabú, como resulta ser el caso de los monstruos.

    Yo de verdad estoy bien cuando no me ofrecen trama, sé a qué voy, lo disfruto y luego me embarcó en viajes más complejos (o no). El problema llega a mí cuando me empiezan a construir un lore, no paran de repetírmelo, y, sin embargo, este no tiene sentido ni acaba de tener una forma, así sea abstracta, en algún momento. 

    Los libros del uno al tres se disfrutan porque, bien que mal, tienen tramas simples, en donde el objeto es el ya mencionado romance cuestionable. Tienen personajes unidimensionales, pero que hacen bien su trabajo representando el tropo al que quieren evocar. Orpheus bien podría ser un jefe de la mafia, por su personalidad, Magnar un himbo y Faunus el chico tímido de la clase que resulta ser un dios sexual. Las chicas, sus complementos casi teatralmente opuestos. Donde Orpheus es aspereza, Reia es un sol; donde Faunus lucha por comunicarse, Mayumi se expresa por los dos. Una dinámica torpe, pero funcional. Y vaya que fue funcional en esas primeras entregas. 

    Entonces, a partir del cuarto, la autora decidió que el trauma bien que podría ser el elemento extra que acompañara a sus personajes. No es que los anteriores no hubieran tenido su propio equipaje, lidiando con la soledad, la depresión y la muerte en un mundo llevado por el carajo, pero paulatinamente en los libros posteriores, cual personaje tenía un pasado más trágico que el anterior. Y no empecemos a hablar de los Duskwalkers, experimentados, asesinados, torturados hasta el punto de arrancarles el corazón mientras todavía siguen vivos. Mención especial para Nathair, que tiene un TCA que se nos muestra, pero que la autora no se digna a tratar. Porque tenemos magia revive muertos, pero no psicólogos.

    Eso sí, todo se me hace mucho peor porque se supone que la autora tiene lectores de sensibilidad (que me parece a mí una tontería, pero será tema para otro momento). Y si estos lectores no pueden ver cómo el trauma tiende a no tratarse de la forma correcta, entonces qué están haciendo allí. Si me están colocando a personas equis a decirme con qué me puedo o no ofender, entonces que, por favor, hagan bien su trabajo. 

    La idea a partir de allí pareció ser seguir con las historias simples, pero añadiendo un poco de trama de un esquema mucho más grande aquí y allá. El problema fue que, al ser libros simples, con personajes tan estancados (porque los personajes humanos no tienen sueños ni ambiciones y el único propósito de los Duskwalkers con un poquito de cerebro como para pensar más allá del momento (a excepción de Merikh), es conseguir una novia), estos fragmentos de sentido se convirtieron en ambigüedad, en un montón de elementos inconexos que buscaron hueco en un mundo construido tarde y que, por tanto, dejaron un montón de vacíos que si bien la gente tiende a pasar por alto en la cronología de la publicación, son bastante más notorios cuando te lees más de la mitad de la serie en los primeros cuatro meses del año. Sí fui.

    Como les decía, en la cuarta entrega conocemos el mundo de los elfos, un lugar al que Merikh ha querido escapar desde que se enteró de él. Un mundo del que vienen los demonios que asediaron la tierra, pero que, a diferencia de nuestro planeta, tiene tres soles que están activos de forma permanente, ¿les había contado que los demonios no pueden tocar el sol porqué se desintegran de forma inmediata? Bueno, ante las debilidades, es normal que se adapten para andar en terrenos oscuros, como bosques, hasta que caiga la noche y puedan tener más libertad. Un razonamiento encantador, de seres que se supone que no razonan porque están abrumados por sus instintos primarios… Curioso como las razas denominadas “inteligentes”, han hecho todo lo contrario, pues tanto la sociedad élfica como la humana están en un constante declive, los humanos solo siendo salvados por su muy amplia tasa de natalidad.

    Yo soy fiel creyente que, para una situación que dura más de un par de décadas, las personas siempre vamos a adaptarnos y crear soluciones lógicas. Porque, además, es imposible que los demonios se hayan comido a todas las personas con neuronas en el mundo. Si un demonio tiene una debilidad tan obvia, como no poder tomar el sol a riesgo de muerte instantánea, ¿qué hay que hacer? (pregunta de selección múltiple) 

a. Llorar en el baño en espera de que nos coman. 

b. Vivir lejos de los enormes bosques ya contaminados y construir casas casi enteramente de vidrio, más un sótano con puerta de hierro.

c. Hacer pactos con los duskwalkers para que cada diez años vengan, se lleven a una mujer y pongan un círculo de protección contra demonios.

d. Crear gremios de asesinos de demonios donde la mayoría ni sabe usar armas.

    Quiero decir, incluso si el demonio se cuela en tu casa por la noche, al otro día moriría achicharrado. Una persona menos, pero también un demonio menos. Los refugios bajo tierra, siempre y cuando tengan puertas no hechas de madera, pueden ser bastante buenos también. Y, vamos, es una situación que lleva cinco siglos ocurriendo, no te dejas ir con la corriente, actúas. 

    Lo que me lleva al Velo… Los elfos, que retuvieron a los demonios en la tierra, también enviaron al semidios del vacío, Weldir, para, supuestamente, mantenerlos a raya. Sin embargo, la existencia del semidios en este plano es más un incordio que una ayuda para los seres humanos. Weldir es un domo de oscuridad, el lugar perfecto para que los demonios se escondan, crezcan, formen sociedades y se vuelvan muchísimo más fuertes. ¿Alguien más se da cuenta de que sin él habría más sol y, por ende, menos demonios? Quiero decir, imagina que hace este súper plan de cientos de años, esperando a que todos crezcan y ¡pum!, se desaparece. Demonios adultos quemaditos, amigos. Adiós amenaza. No digo que vayan a dejar de existir, pero eh, que una de sus guaridas más importantes desapareciera, con seguridad los menguaría un montón.

    Por algún motivo, este semidiós es castigado por los elfos. Se trata su envío a la tierra como parte de una pena en la que no le es permitido más que hacer su trabajo, como nos dice Raewyn en el cuarto libro. Ella misma hace declaraciones de que a los elfos no les va a gustar que “ese semidiós” haya conseguido una compañera y que esté procreando, haciéndolo sonar como que sus acciones deberán ser castigadas una vez llegue el momento. Pero cuando conocemos la diosa, madre de Weldir, en el sexto libro, a pesar de no parecer contrariada porque su hijo esté encargándose de los trapos sucios de los elfos, tampoco ve problema con que viva bien su vida, aceptando a Aleron como su nieto bastante fácil y cumpliendo las peticiones de su hijo con cariño. O sea que a los dioses poco les importa el comportamiento de Weldir y este, sin lugar a dudas, es más poderoso que cualquier elfo (que solo tienen en su haber que pueden vivir muchísimos más años que un ser humano común y que son súper altos), por lo que, no me queda claro por qué sienten superioridad moral o que pueden dictar lo que hace o deja de hacer una entidad que, en pocas palabras, los supera

    Ya que hablo de Weldir, vayamos a su dominio. El inframundo de la Tierra, pero solo para aquellas almas que entran en su territorio. De hecho, para esto existen sus hijos, los Duskwalkers. Resulta que, cuando los demonios comen humanos, sus almas quedan impregnadas en ellos. Cuando estos demonios son devorados por los Duskwalkers, esas almas se liberan, siempre y cuando estén dentro del velo (si no, ellos cargan con ellas hasta regresar), viajando a los dominios de Weldir, donde las pone en una especie de éxtasis en el que solo recuerdan sus mejores momentos en la Tierra. Si hay personas que se conocen, son puestas en el éxtasis juntas. De esto se nos habla ligeramente en el cuarto libro, ya que Merikh habla de su hermano más viejo y de cómo lo mató sin querer, cargando esa culpa por el resto de su vida. Pero solo sabemos el alcance de este mundo en los libros cinco y seis, cuando los dos Duskwalkers protagonistas y sus parejas, pasan cierto tiempo allí.

    Explorarlo hubiese estado genial, ya que permitía dinámicas distintas que se tocaron de forma ligera en ambos libros, como el que estas almas atrapadas allí, en Tenebris, solo pueden tener una lucidez real si son tocadas directamente por un Mavka o que cuando estos se comen alguna de estas almas, los peores momentos que ellas vivieron quedan incrustados en sus mentes, generándoles daño. O incluso que, de entre todos los escenarios, este inframundo es el único lugar que representa, al mismo tiempo, el mayor y menor peligro que pueden enfrentar los Duskwalkers, ya que no hay personas ni demonios que quieran hacerles daño, pero cualquier herida no tiene potencial de curarse al ser un reino que no cumple con los ciclos del día y la noche, indispensables en la curación sobrenatural de su especie.

    A pesar de que la muerte suena como algo tan absoluto, todo el tiempo se dan excusas sobre cómo la misma puede violarse. Tenemos un total de cinco personajes, desde el libro tres, con Faunus, que se enfrentan a su muerte y que, sin embargo, regresan a la vida. Esto fue impactante con el primero, quien tuvo la excusa más válida. Su novia pegó su cráneo, así que estaba mitad aquí, mitad allá. Siendo criaturas que representan al mismo tiempo la vida y la muerte, entiendo que sea natural para ellos, incluso si no es de forma consciente, caminar entre ambos mundos. Pero no es bajo esta premisa como se aborda en la historia, sino como milagros y dones concedidos por los dioses, lo que en la segunda muerte ya no coló tanto, que para el caso del libro seis, con Gideon y Aleron, ya no impactaba en absoluto y que para Nathair, protagonista del séptimo, ya nos valía un comino el estado, porque desdibujar de tal manera la línea entre la vida y la muerte solo generaba un desapego hacia el peligro que podían vivir los personajes, si es que existía el mismo. Total, siempre iban a estar bien.

    Este sentimiento de peligro del que hablo, también se diluyó bastante a partir del cuarto libro. Con Orpheus y Magnar, podíamos sentir cómo cada día podía ser una lucha, con los demonios presentes, con Jabez al acecho e incluso las mismas novias teniendo que enfrentarse a criaturas que querían acabar con ellas mientras su Duskwalker estaba perdido en sus instintos primarios, el peligro estaba por todas partes. Para Faunus fue ligeramente diferente, siendo Mayumi una cazadora de demonios experimentada, a pesar de que debía enfrentarse a ellos, y un par de veces a Faunus en su modo rabioso, sabía lidiarlos. En este caso en particular fueron los humanos quienes representaron una amenaza, demostrando la peor parte de la sociedad misógina y casi primitiva en la que se han convertido desde la llegada de los demonios. No fue lo más memorable, pero fue interesante ver esta cara de la moneda. Para el cuarto, Merikh era un dios del control por su humanidad avanzada. Para el quinto, Ingram era bastante manso y hubo pocos ataques de demonios a pesar de que Jabez había ordenado la destrucción de los Duskwalkers desde el tercero. En el sexto, Gideon le dio a Aleron su alma antes de que pudiera hacer cualquier cosa. En el séptimo, Nathair tenía un control excelente y, cuando no, simplemente se hundía bajo el agua. Para el octavo, cuando pensé que por fin iba a estallar todo el comer humanos, resultó que la Duskwalker tenía instintos contrarios a su especie…

    Una decepción terrible, les digo. Parte de querer leer esto, y sonará terrible, era ver muertes humanas y demoniacas. Esas eran mis expectativas en toda la saga. Gore y romance hasta el límite. Pero claro, al estar unidos con personas humanas, resultaba ser un hecho en común que aborrecieran esta naturaleza depredadora de los Duskwalkers, limitando con ello su consumo de carne. A pesar de odiar esta dinámica, la entendía. Por eso, cuando supe que en el octavo libro el interés amoroso del Duskwalker era Jabez, el rey demonio, frío, sanguinario, dispuesto a cualquier cosa por cumplir sus planes, esperaba la mayor matanza de personas en estos libros. Terminé encontrándome con Zylah, para cual matar un zancudo era el equivalente al genocidio.

    Lo peor de esto no es la Duskwalker negando continuamente su naturaleza, sino que el villano caricaturesco formado en los libros anteriores, ese que era malo por el simple placer de serlo y porque, aparentemente, estaba en su naturaleza, obtiene una redención. Y una muy mala, si debo decirlo. 

    Aquí fue cuando me senté a cuestionarme mi vida. Antes habían sido libros muy malos que disfrutaba más o menos leyendo, dependiendo de la historia. Pero, a partir de aquí, tuve que detenerme a pensar dónde había degenerado esto que yo disfrutaba. Y, como ven, degeneró bastante pronto, pero esto fue la gota que colmó el vaso. 

    No solo porque Zylah es una Duskwalker de tan solo dos años máximo. Aunque estos seres son tan viejos como la cantidad de humanidad que ganan, Zylah es, en esencia, una bebé, pues se comporta como tal. A lo largo de la serie hubo otros Mavka con poco desarrollo y que tenían un asombro por el mundo infantil, sin embargo, es diferente saber que han vivido por ciertos años, ganando humanidad y fuerza de a poco, conociendo a sus novias cuando la mayoría de esa humanidad ya ha sido desarrollada. En el caso de Jabez y Zylah, este la conoce cuando no sabe nada en absoluto, la cría, alimentándola y enseñándole del mundo, solo para enamorarse de ella y aceptar ser su compañero, cuando ella ha estado completamente privada de cualquier otro contacto. Bueno, eso iría mucho con su estética villana… Si no se hubiese intentado romantizar.

    La personalidad de Jabez pretende dar un giro de 180°, justificando todas sus acciones pasadas con el discurso de ser un alma incomprendida. Por un lado, se nos aclara que, a pesar de ser un genocida, tiene una debilidad por los niños, por lo que nunca podría lastimar a un ser inocente. Pero ahí lo tenemos en el segundo libro, cuando Zylah era una bebé, amenazando a sus padres con hacerle daño. Se intenta traer a la mesa que lo decía solo para molestar a Magnar y Delora, pero tú y yo sabemos que lo intentó, solo que los Duskwalkers en su estado más pequeño son indestructibles al no tener formado un cráneo.

    Nos pintan a Jabez como un personaje justo, a su manera, rechazado por su sociedad. Al ser mitad elfo mitad demonio, es encerrado hasta que logra escapar, llevándose con él a un montón de demonios a través de un portal hacia la Tierra. Allí, se instala como su rey, creando una sociedad donde viven libremente una vez alcanzan la humanidad suficiente, estableciendo normas de convivencia y comportamiento que tienen poco que ver con lo que se esperaría de un demonio, pero sin llegar a negar del todo su naturaleza. De esta forma, Jabez conforma un ejército que, llegado el momento, viajará a la tierra de los elfos para acabar con ellos, ignorando, de nuevo, que el lugar tiene tres soles. Quiero verlos. Entonces, su causa es en realidad justa. Tiene motivos buenos, solo métodos y metas bastante cuestionables, pero yo lo entiendo. Seamos sinceros, los elfos son la peor raza que nos presenta la autora y su extinción masiva hubiese sido gloriosa. 

    El problema es que, darle motivaciones justas, no solo hace que niegue lo que ha sido en el pasado, sino que la solución del conflicto que se plantea en esta historia sea asquerosa. Aquí íbamos a ver cómo Jabez triunfaba o fracasaba, pero se rindió. Por amor. Una trama que viene gestando hace cinco siglos, se termina en dos horas porque Zylah se lastima y él no puede vivir en un mundo que no sea de color rosa para ella, aunque la conoce hace dos meses… O sea, todas las relaciones en esta serie se desarrollan demasiado rápido para cualquier tipo de gusto, pero al menos la excusa está en que las novias son la finalidad de los Duskwalkers. En este caso, la meta de Jabez era destruir a los elfos, dándole un futuro más prometedor a los demonios, o morir en el proceso. Al final, ni lo uno ni lo otro.

    Todos estos libros sufren de contar más que mostrar. Teniendo en cuenta que son historias que superan las cuatrocientas páginas, siendo el último de más de ochocientas, una esperaría que cuando menos, tuvieran mucho para decir, pero no. Más de la mitad de esas páginas es introspección de los personajes, pero no es un viaje mental que genere caminos, discusiones con ellos mismos o cuestionamientos sobre lo que hacen o hacen los demás, sino un constante ir y venir sobre las mismas ideas, encontrando soluciones, retractándose de esas soluciones y volviendo a la misma conclusión una y otra vez, por lo que llega un punto en el que es bastante cansino.

    En contra de todo pronóstico, las escenas sexuales, también tienen el mismo problema. Para empezar, son bastante innecesarias y, fuera de los primeros dos libros, se sienten bastante anticlimáticas, suceden en momentos que nada que ver y tan rápido que los personajes con dificultad tienen un par de días de conocerse. Además de eso, son demasiadas y no aportan en absoluto al desarrollo de la historia. Cuando la autora podría estar creando relaciones románticas creíbles, mejor utiliza ese tiempo escribiendo sexo. Eso sí, la anatomía del miembro de los Duskwalkers tiene muchísimo más desarrollo que la pseudo trama que intentó crear Reyne a último momento.

    Al finalizar el octavo libro la autora nos dice que no es el final de la serie, van a existir más libros sobre los Duskwalkers, viviendo en un mundo que ya no es tan peligroso para ellos, al no existir Jabez como amenaza inminente. Como dije, a mí me gustan estas historias y visto que la autora escribió ocho libros sobre estos seres en un periodo de dos años, a ella también, pero supongo que sacar libros de la misma franquicia varias veces al año tuvo que terminar por quemarla, lo que se evidencia en la increíble baja de calidad que tuvo su historia a medida que iban saliendo los diferentes tomos. Considero que es bueno que quiera tomarse ese descanso, refrescarse y luego volver con historias mejor pensadas y una construcción de mundo un poco más sólida (que tampoco se necesita una locura). Habiendo abierto el camino para la existencia de un montón de razas, habitantes de otros planetas, con habilidades aún no exploradas, tendrá bastante contenido para hacer, no solo las historias de la Tierra, que son mis favoritas, sino también explorar esos horizontes que marcó y que podrían ser bastante interesantes en el futuro.


A soul to keep: ★★★★☆
A soul to heal: ★★☆☆☆
A soul to touch: ★★★★☆
A soul to guide: ★★☆☆☆
A soul to revive: ★★★★☆
A soul to steal: ★★★☆☆
A soul to protect: ★★★☆☆
A soul to embrace: ★★☆☆☆

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17 may 2025

The Bright Years, por Sarah Damoff

The Bright Years
Sarah Damoff
2025
Ficción Histórica | Ficción Literaria 

Ryan and Lillian Bright are deeply in love, recently married, and now parents to a baby girl, Georgette. But Lillian has a son she hasn’t told Ryan about, and Ryan has an alcohol addiction he hasn’t told Lillian about, so Georgette comes of age watching their marriage rise and fall.
When a shocking blow scatters their fragile trio, Georgette tries to distance herself from reminders of her parents. Years later, Lillian’s son comes searching for his birth family, so Georgette must return to her roots, unearth her family’s history, and decide whether she can open up to love for them—or herself—while there’s still time.
Told from three intimate points of view, The Bright Years is a tender, true-to-life novel that explores the impact of each generation in a family torn apart by tragedy but, over time, restored by the power of grace and love.

Hay una razón por la que no me gusta leer ficción literaria: indagar y reflexionar sobre la condición humana siempre me rompe por lo injusto que es el mundo real. Esta es una característica que más personas parecen compartir conmigo, al menos con este libro en particular.
    The Bright Years nos habla de la historia de la familia Bright a través de cuatro generaciones en, alrededor de, 60 años. Con tres puntos de vista diferentes, la historia empieza cuando Lillian y Ryan se conocen y enamoran, nos cuentan su amor a través de los años, hasta que se casan y tienen una pequeña niña, llamada Georgette, entonces las adicciones aparecen. Ryan se convierte en un alcohólico y la familia termina separándose. En los años siguientes, todos atraviesan una serie de altibajos, enfrentándose a sus demonios y a las cicatrices que las malas decisiones y las injusticias de la vida dejan no solo en ellos, sino en aquellos que los rodean, explorando el impacto que estas tienen a través de diferentes generaciones
    Como toda novela del género, esta historia viene de la mano de personajes bien desarrollados, situaciones realistas y un montón de temas serios que, incluso si no hemos llegado a vivir directamente, podrán ser los causantes de tomar nuestro corazón, hacerlo una bola y luego pisotearlo sin arrepentimiento, al mismo tiempo que nos harán gozar, reír y enamorarnos una vez más, aunque sabemos que en cualquier momento podríamos caer en el ciclo repetitivo y es que, así es la vida. Un intentar, caer, levantarse y volver a intentar.
    La historia se divide en capítulos que representan los años que pasan. En estos años la autora nos cuenta algunos de los acontecimientos más importantes para el narrador, lo que nos permite conocer a grandes rasgos cómo avanzan sus vidas, pero, sobre todo, los pormenores y momentos más alegres que viven. 

People always say not to forget because then history will repeat itself. But maybe history will repeat itself anyway, and forgetting is how we bear it.

      La primera narradora es Lillian, trabajadora de un banco a la que un día, mientras está en la biblioteca, se le acerca Ryan, quien le comenta que la ha visto un par de veces allí y la invita a salir con algo de timidez. Por cuestiones de la vida, Lillian acepta y así es como comienza su historia de amor. 

    A decir verdad, no me sentí tan conectada con los años vividos por Lillian, quizás porque es un personaje un poco cerrado. Es una mujer que guarda secretos y, aunque al seguir su perspectiva podemos enterarnos de ellos, al ver que los mantiene de los demás, siempre queda la sensación de que es una narradora que oculta cosas. No necesariamente revelaciones importantes, pero cuestiones como sentimientos o pensamientos, la mayor parte del tiempo, fueron solo suyos. Esto, sumado al ya mencionado estilo de los capítulos, no me permitieron conectar con ella.
    Sin embargo, no sucedió lo mismo con Jet, la hija de Lillian. Conocerla desde que nació y haber sido parte de todos y cada uno de los momentos que marcaron su vida para que ella fuera como era, tuvo un encanto desgarrador. Sus éxitos y caídas se sentían como los míos y su historia de amor me tuvo sufriendo cada segundo. 
    Hablando de historias de amor, creo que eso fue lo que encontré menos realista en todo esto (y hago un énfasis muy grande en que soy yo y solo yo). Me explico. No es que ambas mujeres encontraran al amor de su vida en el primer intento y fueran felices por toda la eternidad gracias a eso, no. Pero los hombres con quienes estaban resultaban estar profunda e irrevocablemente enamorados de ellas. Sé que esto sucede, lo juro. Sé que hay chicas que consiguen a esa persona que las adora, pero en mis entornos eso no sucede. Ni yo ni nadie que conozca ha tenido esa suerte de tener a un hombre que cuelgue la luna por ellas, así que, aunque lo disfruté mucho, sobre todo con Jet, no me lo podía creer del todo. 
    El último punto de vista que encontramos en la novela es el de Ryan. Esto me resulta interesante, porque la escena de apertura es suya. Lo primero que vemos en el libro es cómo una madre huye de un hogar abusivo, donde reina el alcohol, llevando a su hijo consigo. Este niño es Ryan. Un bebé que creció en un hogar donde la adicción le robó a su padre, un niño y adolescente que juró que nunca iba a ser como él y que los vicios nunca iban a reinar en su cuerpo; y un adulto que terminó cediendo, viéndose condenado a repetir la historia por sus propias malas decisiones.
    Aunque la historia de vida de Ryan no fue una con la que pude conectar, pues soy la persona más rencorosa del mundo, creo que es una representación magistral de lo que los vicios pueden hacer con las personas y las familias. Cómo pueden ser estos males acechando desde las sombras y cómo pueden detonar de un momento a otro cuando hay traumas que no sanamos.
    Ryan pasa por un montón de intentos de sobriedad y un montón de recaídas, lo cual también es bastante realista. Pero considero que lo más importante de los altibajos de este personaje es que invitan a reflexionar un montón
    Todas las perspectivas que hay en esta historia están marcadas, de alguna forma u otra, por adicción que él tiene. Hay momentos de su vida en los que sabe que debe parar, pero no tiene la voluntad de hacerlo y eso no solo le hace sufrir a él, sino también a todos a su alrededor. Lo cierto es que, viendo su lucha, llegué a sufrir bastante. Sí sentía que se lo merecía, pero sí, también quería aventar su botella por la ventana y darle un enorme abrazo.
    Hubo bastantes menciones sobre la necesidad de ir a terapia para sanar las heridas y traumas, lo que me parece genial, porque un trauma generacional en el que se ha hecho tanto daño, es bastante importante sanarlo de la manera correcta. Sin embargo, siento que aparte del tema del alcoholismo, no muchos otros temas fueron tratados de la forma adecuada. Por ejemplo, la autora nombra indicios de un trastorno alimenticio, el cual se deja pasar bastante fácil sin que ningún personaje lo llegue a reconocer por lo que es. A pesar de que la historia no necesitaba más trauma, traer un trastorno tan delicado a la mesa para dejarlo correr, se me figura un poco fuera de lugar. 
    En cortas, esta es una historia que nos demuestra que el amor no es la salvación o cura inmediata para todos los problemas, pero que puede ser un punto importante para decidirse a sanar. Una historia rica y brillante, pero también desgarradora debido a los temas que trata.

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26 abr 2025

Hyacinthus, por L. Alarcón Miguel

Hyacinthus
L. Alarcón Miguel
2024
Mitología | Romance 

Grecia en la época dorada, antes de los héroes, de cuando los dioses bajaban a la Tierra, conviviendo con los seres humanos y demás criaturas terrestres. Hyacinthus (Jacinto), príncipe de la conocida como Esparta, es todo lo contrario a sus hermanos, encuentra en la contemplación y no en la guerra la felicidad. De su ingente hermosura se habla por cada rincón de Grecia, hasta el punto de que incluso los dioses conocen su existencia. Es así como varias deidades, entre ellas, Céfiro, Bóreas y Apolo posan su mirada en el joven, dispuestos a sumergirse en una competición para lograr acariciar su corazón. El dios del sol al descubrir que el rey de Esparta busca un nuevo maestro para Hyacinthus, no lo duda, bajando a la Tierra para poder conocerlo y darle la oportunidad de que lo ame de la forma en la que él ya realiza. Sin embargo, su objetivo no solo será este sino, también enseñar al príncipe a observar el mundo con una perspectiva más amplia. Las cosas se complicarán cuando entren al juego los dioses de los vientos, narrándonos así el mito que todos conocemos de una manera más íntima e intrínsecamente hermosa.
MI OPINIÓN
    No creo que el problema sea el libro sino yo. 
    Es que, para hacerlo corto, no congenié ni un poquito con el estilo de narración
    Esta historia es una reinterpretación del mito de Jacinto, el enamorado de Apolo que termina como todos los enamorados de Apolo: bien muerto. Pretende hablarnos de su historia desde el principio, cómo empieza, cómo se desarrolla, las deidades contra las que hay que lidiar para que en algún momento puedan estar juntos y el fatídico e inevitable final, porque qué graciosas son las moiras.
    A decir verdad, hubo cosas que sí me encantaron. Una de ellas fue que, al iniciar la historia, el autor hace una invocación a las musas por inspiración. Esto es algo que se hacía mucho, como tenemos de ejemplo en la Ilíada, cuando Homero dice, desde su canto primero, "Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo", para darle veracidad a las historias. En otras palabras, sería como decir "según el estudio realizado por tal...". A mi parecer, le dio un toque encantador, pues no he visto otras reinterpretaciones de la mitología griega con este recurso, que le da mucha más alma a lo narrado.
    Por otro lado, el estilo poético adoptado por el autor fue un gran no para mí. No sé si tiene que ver con el hecho de que no consumo poesía, porque a pesar de sentir que pudo llegar a su cometido un par de veces, con párrafos espléndidos, llenos de rima y profundidad en las figuras literarias que utilizó, la mayoría de ellos solo eran repetitivos y tenían la trama estancada, andando en círculos, como las tres o cuatro veces que Jacinto pudo observar el mundo desde una perspectiva más amplia (como dice en la sinopsis) después de hablar un poco con alguno de los dioses. Esto me tenía super loca. Las cuatro veces que pasó, Jacinto fue a hablar con su hermana, para decirle que el cielo, los árboles, el planeta, eran diferentes, hablando de lo mismo, de mil formas distintas, pero sin llegar realmente a nada, porque no había realmente un impacto allí. Su hermana siempre le respondería que no puede comprenderlo, seguramente porque él es más inteligente. 
    Sobre lo que estaba esperando, no recibí demasiado. Cuando leí la sinopsis y la idea del autor, tenía en mente algo muy lleno de sentimiento, pero también algo que involucrara bastante acción. La competencia entre dioses que se menciona apenas y se esboza, limitándose a un par de apariciones de Bóreas y Céfiro diciendo que ellos también son dioses y que quieren a Jacinto para sí mismos. Aunque uno de ellos mantuvo perpetuamente la forma de un niño y nunca peleó, ni siquiera de palabra, y parecía más inclinado a dárselo al otro dios del viento que en intentar conquistarlo por sí mismo, pero eh. La competencia se quedó, entonces, en intercambios de palabras que, en su mayoría, eran bastante tontos, pero que, como si de niños pequeños se tratasen los dioses, les herían el ego hasta lo profundo de sus almas. Lo que por una vez suena más a un dios griego, la verdad. Eso no quita que fueran aburridos hasta el extremo. 
    Entre otras cositas que me molestaron, están los errores de tipeo y las palabras que fueron repetidas hasta el cansancio. "Empero", la que más. Entiendo, el autor mismo lo dice, que el estilo que intentó adoptar pretendía acrecentar ese aire de mito en la historia, que pareciera un texto de la época, empero (xd) exageró un poco. Está bien que quisiera evocar la época, pero los escritos también se adaptan a los nuevos lectores y existen infinidad de conectores. Lo más gracioso es que podía olvidarse del "empero" por un par de páginas, pero una vez lo recordaba, aparecía hasta tres o cuatro veces por párrafo. 
    Me parece una idea excelente para cualquier historia inspirada en la mitología el querer reinterpretar cualquiera de las aventuras de Apolo. Para mí siempre son ideas de mil, porque, vamos (ignoremos esta cantidad desmedida de comas), es uno de los dioses que más juego da. Además, a la mayoría de los lectores nos encanta. Y creo que una parte importante de esas reinterpretaciones es mantener un "quizá" al aire. Sobre si el final va a ser fiel al auténtico o si va a tomar un giro diferente. Aquí, desde el primer momento se nos hizo saber que iba a terminar como el original, lo que, en mi caso, les quita interés a los acontecimientos. 
    En mi opinión, quizá faltó un poco de planeación, intentar hacer la historia más activa. Pero es que cada "despertar" donde por fin podía ver el sol y sentir la brisa, hablar con los animales, qué sé yo qué más, se me hacía eterno. 
    Por otro lado, voy a hacerme la de la vista gorda sobre cómo se desarrolló ese romance (muy rápido, muy sin sentido y repetitivo), aceptándolo solo porque sabemos que, de todas formas, Jacinto y Apolo llegarían allí. 

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22 feb 2025

Emily Wilde's Map of the Otherlands, por Heather Fawcett

Emily Wilde's Map of the Otherlands
Heather Fawcett
2024
Fantasía | Romance | Ficción histórica
EMILY WILDE
1. Emily Wilde's Encyclopaedia of faeries | 2. Emily Wilde's Map of the Otherlands | 3. Emily Wilde's Compendium of Lost Tales 

When mysterious faeries from other realms appear at her university, curmudgeonly professor Emily Wilde must uncover their secrets before it’s too late in this heartwarming, enchanting second installment of the Emily Wilde series. Emily Wilde is a genius scholar of faerie folklore—she just wrote the world’s first comprehensive of encylopaedia of faeries. She’s learned many of the secrets of the Hidden Folk on her adventures . . . and also from her fellow scholar and former rival, Wendell Bambleby. Because Bambleby is more than infuriatingly charming. He’s an exiled faerie king on the run from his murderous mother, and in search of a door back to his realm. So despite Emily’s feelings for Bambleby, she’s not ready to accept his proposal of marriage: Loving one of the Fair Folk comes with secrets and dangers. And she also has a new project to focus a map of the realms of faerie. While she is preparing her research, Bambleby lands her in trouble yet again, when assassins sent by Bambleby’s mother invade Cambridge. Now Bambleby and Emily are on another adventure, this time to the picturesque Austrian Alps, where Emily believes they may find the door to Bambley’s realm, and the key to freeing him from his family’s dark plans. But with new relationships for the prickly Emily to navigate and dangerous Folk lurking in every forest and hollow, Emily must unravel the mysterious workings of faerie doors, and of her own heart.
MI OPINIÓN
📢Contiene spoilers del libro anterior📢
    Como dije hace no mucho, leí el primer libro de esta serie en 2023, mis opiniones sobre el mismo estaban un poco deslavadas y por tanto utilicé los pensamientos aleatorios que dejé entonces para intentar darle forma a lo que me había suscitado en ese tiempo. De manera imprevista, lo que me resultó encantador en la primera entrega, en esta no y lo mismo sucedió con lo que no me gustó. Así que vamos a ver.
    Después de los sucesos del libro anterior, Emily y Bambleby se encuentran en Cambridge desempeñándose como docentes. Aunque ambos son más cercanos que nunca, Emily no está segura de saber qué responder a su propuesta de matrimonio, pues una mortal que se casa con un rey fae nunca ha resultado de la mejor manera, dado los secretos y peligros que los reinos faericos representan.
    Terminada su enciclopedia, Emily se centra en el proyecto de crear un mapa, por propósitos académicos y para ayudar a Wendell a regresar a su reino y reclamar lo que es suyo. Pero los proyectos que involucran faes, como bien sabemos, no son fáciles y menos cuando la madrastra de Bambleby decide enviar asesinos para intentar acabar con su vida. Ahora, ambos deben emprender un nuevo viaje, para que él encuentre su puerta lo más pronto posible y puedan acabar con la serie de eventos desafortunados, ¿pero agregué que él está envenenado y pasa más tiempo durmiendo que presente en la trama?
    Esta vez me ha gustado mucho más Emily como prota, porque, aunque mantiene la falta de sentido común que la hace ir a meterse en situaciones impensables, al menos ya no ha dependido por completo de Bambleby para salir de sus embrollos. Se le nota mucho más activa y de formas muy inteligentes, por lo que ya me resulta interesante y divertido seguir sus aventuras
    El formato, por el contrario, no me acaba de convencer. En la primera entrega estaba bastante feliz por el hecho de que Emily llevara un diario y me salté el hecho de que es un diario demasiado completo como para llegar a creérmelo de verdad. Quiero decir, sí hay alusiones a que Em debe hacer una memoria terrible y a que debe dejar entradas a medias para continuarlas después, cuando tiene tiempo, pero ¿qué tan creíble es que casi siempre recuerde conversaciones y momentos con lujo de detalle?  Porque, para mí, no mucho. 
    Esto es cierto en especial cuando se trata de narrar escenas de acción, pues Emily tiene dos estados en este tipo de momento. O puede verlo todo, describiendo con lujo de detalle lo que le acontece a cada personaje en escena, o se apresura tanto que no llega a quedar muy claro lo que está sucediendo. Este era también un problemita presente en el primer libro, pero teniendo en cuenta que en esta entrega ella es mucho más de armas tomar, se siente un poco menos molesto acá. 
    Claro, ella es mucho más activa aquí porque, como dije, Bambleby está envenenado y se pasa gran parte de la historia ausente, lo que me genera emociones conflictivas, porque si bien permitió que la protagonista demostrara más su carácter y valor, Wendell sigue siendo uno de los principales focos de esta historia y me atrevo a decir que la razón por la que muchos la leemos, pues su dinámica con Em es encantadora.
    A favor de esto, me gustaría contarles que, si bien en pocas cantidades, podemos ver un avance significativo en su relación y mucho más si tenemos en cuenta ese afecto nulo de la primera entrega. Después de que en el libro anterior Wendell le propusiera matrimonio a Emily, ella está decidida a rechazarle, porque es un príncipe fae y no quiere complicarse la vida, excepto que ama a Bambleby y no se atreve a darle un no por respuesta, así que continúa posponiéndolo. No ayuda que él realmente está decidido a casarse con ella, por lo que trae el tema a la mesa cada vez que puede, dejándola descolocada. Tú y yo sabemos cómo terminará eso. 
    A mí de verdad me encanta que la moralidad de esta trilogía sea bastante gris. No hay absolutos, solo un puñado de personas intentando dar lo mejor que pueden para sobresalir en sus campos o lograr sus otros objetivos. Por lo que, si tienen que engañar a alguien, o dañarle, para cumplir esas metas, van a estar dispuestos. Y, contra todo pronóstico, el que menos es así es Bambleby. Tan acostumbrados nos tienen a que los faes son lo peor de lo peor, que quizás lo estoy idealizando demasiado, pero el hombre está tan prendado de Emily que le pone hechizos de protección por todas partes a ella y a su sobrina, que se mete un poco a la fuerza en la aventura, solo porque no quiere ver a Em triste si algo llega a pasarle. ¿Se lo pueden creer? 
    Hacia el final he encontrado todo un poco vago y desordenado. Claro, esto tiene explicación debido a lo que ha tenido que pasar Emily en la historia, pero no me ha gustado. O sea, me gusta hacia donde se dirige la historia a partir de ahí, es un final muy consistente, que deja a la expectativa sobre lo que será de nuestros protagonistas de ahora en adelante en la aventura feérica, amorosa y académica en la que se encuentran insertos, pero lo que fue en sí la resolución de esta historia, sí me dejó con un sabor de boca amargo porque esperaba muchísimo más de él. Como les digo, el formato de diario no siempre favorece la acción ni las secuencias largas.
    Siendo sincera, sí disfruté mucho leyéndolo. En mi opinión es muchísimo mejor que el primero, a pesar de la ausencia tan marcada de Bambleby. Y haciéndole honor a su género, creo que está super bien para leerse en una tarde relajada en camita, quizá mientras llueve y con un chocolatito caliente. 

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