Someone has been stealing Christmas’s joy, and there’s only one clue to the culprit—a single shamrock.
With Coal busy restructuring Christmas—and their dad now having a full midlife crisis in the Caribbean—Kris volunteers to investigate St. Patrick’s Day. His cover: an ambassador from Christmas to foster goodwill. What could go wrong?
Everything, it seems. Because Prince Lochlann Patrick, Crown Prince of St. Patrick’s Day, happens to be the mysterious student that Kris has been in a small war with at Cambridge. They attempt to play nice for the tabloids, but Kris can’t get through one conversation without wanting to smash Loch’s face in—he’s infuriating, stubborn, loud, obstinate, hot—
Wait—hot?
Kris might be in some trouble. Especially when it turns out that the mystery behind Christmas’s stolen magic isn’t as simple as an outright theft. But why would a Holiday that Christmas has never had contact with, one that’s always been the very basis of carefree, want to steal joy? Can a spare prince even hope to unravel all this, or will Kris lose something way more valuable than his Holiday’s resources—like his heart?
En el 2024 se hizo más o menos popular una historia que recordaba mucho a Red, White and Royal Blue, excepto que los protagonistas eran el príncipe de la navidad y el príncipe de Halloween, esa obra fue el primer libro de lo que en este año se convirtió en una serie, al salir la historia de uno de los personajes secundarios, pero más queridos de esa obra, Kris, el otro príncipe de navidad, quien ahora estaría en su propia aventura para salvar la navidad, lo que implica enamorarse del príncipe heredero de San Patricio. Con una media de 4.31 estrellas y más de 10.000 personas opinando sobre esta historia, podría decirse que logró su objetivo como secuela, teniendo una recepción increíble por parte del público al que está dirigido.
Este libro contiene los siguientes posibles triggers: ataques de pánico, abuso de niños, padres abusivos, familiares abusivos, uso de alcohol.
Mi opinión corta, en cuanto lo terminé, fue algo así: entre más pienso en la historia, más me disgusta.
Pero aquí vengo a desglosar. Así que, por qué me disgusta.
LA ESCENCIA DE LOS PERSONAJES ES MUY DISTINTA
En el primer libro, Kris se presentó como el personaje sensato del dúo de hermanos.
Seguía las reglas con rigor porque su objetivo no era solo cumplirlas, sino demostrar que podía ser un buen hermano menor, alguien que no pusiera en riesgo la reputación de su festividad, sobre todo considerando que el hermano mayor —heredero y todo— sí solía causar problemas. Kris era el contraste perfecto: prudente, consciente en el uso de su magia y, más que nada, un embajador impecable. Sabía hablar, sabía comportarse, sabía representar.
Y, claro, todos entendíamos que detrás de esa fachada había represión.
Sabíamos que le costaba mostrarse tal cual era, que cargaba expectativas ajenas y que había partes de él mismo que prefería esconder. Pero, aun así, su esencia seguía siendo la de un chico dulce, un joven que adoraba fastidiar cariñosamente a su hermano mayor y que jamás habría hecho algo que dañara su festividad.
Pero en esta nueva entrega, es como si alguien hubiera cambiado las etiquetas de los personajes.
Kris y su hermano parecen intercambiar papeles. Todo lo que antes hacía Coal —ser impulsivo, frívolo con la magia, imprudente al hablar— ahora lo hace Kris, incluso en situaciones donde su rol como embajador debería haberlo frenado. Y vamos, eso molesta, porque no es un crecimiento, ni una crisis (aunque sí pasa por varias crisis el niño), ni un arco de personaje: simplemente parece otro personaje usando el mismo nombre.
LOS NUEVOS PERSONAJES NO DAN LA TALLA
Algo que disfruté muchísimo del primer libro fue la dinámica entre Coal y Hex. Eran polos opuestos en el mejor sentido: chocaban, se complementaban, tenían química narrativa y emocional. Su interacción era graciosa, tierna, y generaba un interés genuino por saber más de ellos.
Eran personajes diferentes, sí, pero coherentes, con motivaciones claras y personalidades definidas. Se sentían vivos.
En contraste, los nuevos personajes de esta entrega no logran sostener el mismo nivel, especialmente Lochlann, que en teoría debería ser una pieza clave de la historia al fungir como interés amoroso de Kris.
Lochlann no resulta un personaje atrapante. No se siente bien desarrollado ni particularmente distinto de otros secundarios de fantasía romántica. Más que aportar capas o complejidad, sus actitudes parecen limitarse a igualar la imprudencia de Kris, entrar de lleno en un tropo de “del odio al amor” sin suficiente construcción, y manejar “todo bajo cuerda” en su festividad para demostrar, muy de vez en cuando, que no es completamente un imbécil.
Las hermanas de Lochlann son bastante irrelevantes en la historia en sí misma, más allá de puntos de apoyo ocasionales, y un pequeño indicio de que una de ellas podría tener una relación con Iris, la mejor amiga de Kris y Coal, por lo que no descarto que tengamos alguna vez un tercer libro en la serie para desarrollarlo más allá de una noche de fiesta.
EL ABUSO NO ES NORMALIZADO, PERO TAMPOCO CASTIGADO
Esta serie aborda de forma constante —y bastante explícita— las dinámicas familiares disfuncionales. El problema no es que lo haga, sino qué decide hacer con ellas.
La madre de Kris y Coal los abandona cuando apenas eran niños. Años después, mantiene contacto solo para victimizarse: se queja de que sus hijos no la buscan, de que no forman parte de su vida, ignorando por completo que ella era la adulta responsable y que fue quien los dejó atrás. La obra expone claramente esta actitud como dañina, pero nunca la confronta de forma real ni le asigna consecuencias.
En el libro anterior, el padre de ambos es amonestado en su rol como Rey de la Navidad cuando se revela su carácter tiránico. Sin embargo, en esta entrega, tras años de abuso verbal y psicológico hacia sus hijos, además de sus comportamientos nocivos hacia otras festividades, su resolución es marcharse en busca de su exesposa, abandonándolos una vez más. No hay reparación, no hay rendición de cuentas ni una reflexión profunda sobre el daño causado, ni siquiera alguien ajeno a sus hijos hablando de lo mal que estuvieron sus acciones. Simplemente desaparece, como buen político corrupto, y dicha desaparición funciona más como una evasión que como un castigo, pues él no lamenta nada de lo ocurrido.
“I altered my whole being into shapes that fit voids in everyone else’s lives so they’d stay, so my life would look perfect, so I wouldn’t be alone again. But I never asked myself what shape I wanted to take.”
Algo similar ocurre con el tío de Lochlann, el antagonista de esta historia y el único familiar adulto que Loch y sus hermanas tienen. Él se aprovecha de la festividad para absorber toda la magia para sí mismo, descuida por completo su función de mantenerla próspera y, además, ejerce abuso psicológico constante sobre ellos. A pesar de la gravedad de sus acciones, las consecuencias que enfrenta son mínimas o inexistentes, al menos en proporción al daño infligido.
Y aquí está el punto central:
el abuso no se presenta como algo aceptable, pero tampoco se castiga.
Como lectores, reconocemos que estas conductas son dañinas, incluso traumáticas, pero se queda a medio camino. No hay justicia narrativa, ni reparación emocional, ni un cierre que valide el sufrimiento de los personajes.
Y BUENO, EL TÍO DE LOCHLANN TAMPOCO ES UN GRAN VILLANO, ¿SABEN?
El antagonista de esta historia tampoco logra destacar.
Su problema principal es simple pero grave: carece de una motivación real. Es malo porque sí, porque puede. Trata mal a sus sobrinos porque tiene poder sobre ellos, no porque exista un conflicto interno, una ideología o siquiera una ambición bien planteada que lo respalde.
En teoría, su objetivo es reinar sobre la festividad de San Patricio. Sin embargo, sus acciones contradicen constantemente ese supuesto deseo. No hace nada por mantener viva la festividad, no organiza actividades, no procura la felicidad de los humanos —factor clave para que la magia de estas celebraciones exista dentro del sistema de magia del mundo— y, aun así, utiliza la suerte que genera la festividad únicamente para invertirla en sus negocios personales y volverse millonario.
Esto lo vuelve no solo un villano plano, sino uno incoherente con las reglas del universo. Si la magia de las festividades depende de la alegría humana, resulta absurdo que un antagonista que desea conservar el poder ignore por completo el motor que lo sostiene.
De hecho, desde una lógica interna, darle el control a Lochlann desde el inicio habría sido la mejor decisión posible. Lochlann habría mantenido la festividad próspera, asegurando un flujo constante de magia, y aun así le habría permitido a su tío quedarse con una parte para invertirla en sus negocios, si eso era lo que realmente quería. Era una solución sencilla, funcional y beneficiosa incluso para el propio antagonista.
Pero no.
Elige tomar decisiones torpes y cuestionables, no porque sean estratégicas o trágicas, sino porque la historia lo necesita así. Y,al final, todo se resume a lo mismo: puede hacer lo que quiera porque nunca enfrenta consecuencias reales.
OTRO AMOR A PRIMERA VISTA DISFRAZADO DEL TROPO DE RIVALES A AMANTES
Kris y Lochlann se conocen en circunstancias bastante interesantes.
En la universidad, Kris reserva un salón de estudio. Pero, al llegar, encuentra que está ocupado por Lochlann, a quien le pide que se retire con amabilidad. Este decide ignorarlo, por lo que Kris decide utilizar la magia de la Navidad para darle una lección. Resultado desproporcionado: Lo humilla públicamente sin saber que es el príncipe de San Patricio.
Esta decisión impulsiva por parte de Kris, hace que las personas se cuestionen la capacidad de Loch para ser el heredero de su festividad, como si las decisiones de otros tuvieran que ver con su competencia personal.
Y, aun así, desde ese primer momento, la tensión no es de enemistad real, sino de atracción evidente. La mitad de las pullas que se lanzan funcionan solo para subrayar lo atractivos que se encuentran mutuamente.
Pero nos tenemos que creer que ellos se odian, eh.
Su relación, en todo caso, no me parece convincente.
Lochlann es antipático la mayor parte del tiempo, rebaja a Kris con sus palabras y lo hace sentir humillado de forma constante. La historia intenta justificarlo al decir que es irlandés y esa es su forma de coquetear. Pero, en lo personal, ser un imbécil, sin importar tu país o tus traumas, nunca me ha parecido una buena forma de demostrar interés romántico.
Kris no está en una mejor posición, pues, aunque se arrepiente de la broma de mal gusto por solo un cuarto de estudio, su orgullo herido le lleva a tomar decisiones muy cuestionables en cuanto a cómo se comporta. De nuevo, no es una decisión que ayude a empatizar con la pareja.
Decir que toda la rivalidad al amor sucede en el transcurso de una semana no es exagerar. Es el tiempo real de la novela. Y, lamentablemente, no es lo que busco en un libro cuyo único tema para ofrecerme es el romance. Le falta desarrollo a la relación, le falta alma, tensión real y profundidad emocional.
“You aren’t an awakening. You’re the whole dawn. And I can’t believe I ever thought I’d seen the sun before you.”
LA MAGIA DE REALEZA SE ROMPE DE FORMA CONSTANTE
Hagamos un énfasis especial en que estos personajes son príncipes de festividades. Desconocidos para el mundo mortal, sí. Pero todavía con una reputación para mantener y prensa que les sigue de forma constante para las revistas de chismes en el sistema mágico de su mundo.
Pero, por alguna razón, son las personas menos dignas que encuentro.
Podría decirse que tiene más gracia y decoro un NPC.
Kris se presenta a las actividades oficiales como embajador de la Navidad con camisetas con frases de doble sentido. Es más, la de la portada del libro dice "kiss my snowballs". Y sí, sale así, sin ironías ni consecuencias.
Esto resulta aún más absurdo cuando el propio texto establece que Kris cuenta con un equipo encargado de diseñar su imagen pública y escoger su vestuario para representar adecuadamente a su festividad. Se supone que hay protocolo, criterio y estrategia detrás de cada aparición. Pero, por alguna razón, ese equipo decide que la mejor opción no es una corbata con copos de nieve, ni un suéter elegante, ni algún símbolo festivo… sino camisetas sugestivas.
Decisiones narrativas, entonces. Se pone en duda la capacidad de Lochlann debido a una broma ajena a sus decisiones, que no hace referencia a su personalidad o a su competencia como heredero; pero al mismo tiempo nadie crítica las elecciones estéticas de Kris, aunque las decisiones sobre la ropa sí que tienen que ver con gustos y personalidad. Interesante. No en el buen sentido.
Para resumir lo ya dicho, repito lo del inicio: entre más pienso en esta historia, más me disgusta. Los personajes pierden coherencia, y los nuevos no logran compensar esa pérdida, en especial Lochlann, cuyo desarrollo y romance se apoyan casi por completo en tropos poco trabajados. El abuso familiar se expone, pero nunca se confronta ni se castiga. El villano carece de motivación real y actúa en contradicción con las reglas del propio mundo mágico, y las consecuencias se aplican de forma selectiva según convenga a la trama. A esto se suma un romance apresurado y poco convincente, una representación de la realeza que rompe constantemente su propia solemnidad y decisiones narrativas que castigan a personajes por actos ajenos mientras ignoran responsabilidades evidentes.
Por estas razones, no podría decir que recomiende Go Luck Yourself.
As the son of Hades, Nico di Angelo has been through so much, from the premature deaths of his mother and sister, to being outed against his will, to losing his friend Jason during the trials of Apollo. But there is a ray of sunshine in his life–literally: his boyfriend, Will Solace, the son of Apollo. Together the two demigods can overcome any obstacle or foe. At least, that’s been the case so far...
Now Nico is being plagued by a voice calling out to him from Tartarus, the lowest part of the Underworld. He thinks he knows who it is: a reformed Titan named Bob whom Percy and Annabeth had to leave behind when they escaped Hades’s realm. Nico’s dreams and Rachel Dare’s latest prophecy leave little doubt in Nico’s mind that Bob is in some kind of trouble. Nico has to go on this quest, whether Mr. D and Chiron like it or not. And of course Will insists on coming with. But can a being made of light survive in the darkest part of the world? and what does the prophecy mean that Nico will have to “leave something of equal value behind?”
Una nueva obra dentro del universo de Percy Jackson vio la luz en el año 2023, esta vez siguiendo a uno de los personajes más queridos por la mayoría de los lectores, Nico di Angelo, un semidiós que ha dado bastante de que hablar desde su primera aparición en la saga y que, para muchos, yo incluida, era uno de los mejores desarrollos dentro de la obra. En la actualidad, con un total de 59.688 puntuaciones en GoodReads, The Sun and the Star cuenta con un promedio de calificación de 4.19 estrellas, es decir que tuvo una recepción increíble por parte del público que ya era fan del mundo desarrollado por Rick Riordan.
Este libro contiene los siguientes posibles triggers, aunque teniendo en cuenta que es una obra middle grade, están bastante diluídos: Abuso de poder, abuso de niños (dioses siendo dioses), amnesia, asesinato, cautiverio y confinamiento, familiares abusivos, intento de asesinato, manipulación, muerte animal, padres abusivos, pérdida de memoria a corto plazo, tortura, uso de armas, violencia y, de alguna forma, padres adolescentes.
Cuando les diga que a mí no me ha gustado en lo absoluto, nos hacemos los sorprendidos. Es mi maldición el que no me gusten los libros que otros aman. Y en esta ocasión en particular, de hecho, me ha dolido bastante, pues, como ya dije, Nico es mi personaje favorito en todo el universo de Percy Jackson. Yo le armaría un altar, yo lo adoraría de rodillas. Y, sin embargo, a lo largo del desarrollo de esta obra, quise enterrarlo a él, y a todos los personajes, en lo más profundo del tártaro.
Finalizando las pruebas de Apolo, nos enteramos de que Nico sintió un llamado desde el Inframundo. A pesar de que me emocioné de sobremanera pensando que se trataba de Jason, se nos revela que, en realidad, se trata de Bob, quien quedó atrapado en el tártaro desde la saga de la profecía de los siete. Nico, creyéndose responsable de él, decide volver a enfrentarse a la pesadilla que fue su estancia en ese lugar, junto a su novio, Will Solace, hijo de Apolo, pero las cosas no van a ser tan fáciles, pues la profecía que se les fue dada anuncia que, para rescatar a Bob, algo de igual valor deberá ser dejado atrás.
¿Por dónde me empiezo a quejar?
Cuando intenté leer este libro la primera vez, por allá en el 2023, estaba pasando una etapa de #Jasico muy hardcore y pensé que por eso no lograba hacer que me gustara.
Quiero aclarar que Will nunca me cayó mal en el canon, me encantaban sus pequeños esbozos de relación con Nico, porque, como a todo el mundo, me encanta la idea de opuestos que se atraen y que son perfectos el uno para el otro, aunque Paolo, ejem. Pero, cuando comencé con esta historia (todavía hablo de la primera vez), no había nada bonito en Will… Incluso logró caerme mal. Y, de nuevo, pensé que esa era mi etapa de Jason Grace hablando, pero no… parece que, en efecto, han hecho de Will un personaje terrible.
Y mira, era difícil hacer eso, porque de él tenemos tan poco en el canon, que no estábamos ante la posibilidad de arruinar una personalidad. La cuestión es que ni siquiera supieron construir una que no diera ganas de estamparle un botellazo en la cara. Es como si ni siquiera tuviera un filtro en la boca, crítica todo por el puro placer de hacerlo y sin importar quién se encuentre al frente. Sumado a eso, de repente es una mamá sobreprotectora que no deja que Nico mueva un dedo, cuando en lo poco que vemos de él en los libros anteriores, sí, se preocupaba, pero también dejaba que Nico usara su poder.
Luego, también está la parte en la que se deshace en halagos para con Perséfone, llamándola la persona más guapa que ha visto en la vida, se le cae la baba y lo repite mil veces, y tiene el descaro de preguntarle a Nico si está celoso de que la encuentre guapa, cuando Nico nos ha dicho mil veces que la ve como su madrastra. Y sí, es raro que tu novio esté encantado con tu madrastra, y aunque sí es normal que las personas encontremos a otras atractivas, no existe descaro más grande que hacerlo de la misma forma que Will lo hizo frente a su novio emo, depresivo y que nunca se ha creído suficiente debido al trauma por abandono que se carga. Claro que, esto ya es algo que se veía venir desde la saga de Apolo (Paolo, ejem, x2), por lo que se podría decir que Will es una muy buena representación de lo que es un semidios griego clásico: le va a todo en todo momento.
No es el único que lo tiene todo mal.
¿Nico? Dios, debe ser otro personaje. Solo utilizaron su nombre. ¡Quiero a mi hijo de vuelta! Me siento como en esas películas de terror, cuando algo posee al niño de la casa y la madre lo sabe, pero no tiene ni idea de qué hacer para arreglarlo. Bueno, esa soy.
Nico siempre ha sido una mezcla encantadora entre un exterior frío y despreocupado, con un interior cálido y con muchos traumas. Pero mucho de eso se queda relegado, no vemos a Nico como un guerrero fuerte y capaz, que ha pasado por dos guerras antes de tan siquiera tener 18 años, en su lugar vemos un chico al que sus miedos le ganan, incapaz de enfrentar sus problemas y que llora y huye en cada uno de los arcos de la novela, como si no hubiera entrenado por años con su espada, como si no fuera la razón por la que los semidioses tuvieron una oportunidad en ambas peleas. Claro, sigue teniendo una inclinación encantadora por lo oscuro y lo que los demás rechazan, pero se siente diluido, y al mismo tiempo exagerado, al punto de que, en un momento casi prefirió dejarse matar, porque quería salvar un alma del tártaro. La misma que lo quería matar a él. Cositas.
“For your mind to heal, your body must also"
¿Y saben? Creo que el problema es, de forma genuina, el Solangelo, o Will, porque hubo dos capítulos en los que estuvieron separados y, de pronto, el punto de vista de Nico fue tan genial, de repente se sentía como si fuera Rick Riordan escribiendo sobre el personaje que tanto amamos, con sus juegos de palabras ingeniosos, sus momentos ridículos, pero divertidos. Fue un respiro inesperado, me hizo preguntarme por qué el resto de la obra no podía contar con los mismos tintes encantadores, y es que lo demás es un suplicio.
Para ser sincera, la relación establecida entre ambos me disgustó sobremanera. No tiene una base firme, que creo es lo que muchos esperábamos al venir a este libro, que nos mostraran cómo se había formado su relación y tener indicios de cómo la llevan en un día normal. Pero, por un lado, se dedicaron a contarnos, en lugar de mostrarnos, que estaban diseñados el uno para el otro, porque se complementaban sus aspectos más oscuros con sus aspectos más luminosos. Y, por el otro, aquello que sí nos mostraron de su relación fue peleas, porque Will aborrece todo lo relacionado a la oscuridad, cosa que, oh, Nico es. A lo largo de toda la historia, yo solo podía pensar "si se odian tanto, por qué están juntos".
Hablemos también de los huecos argumentales, ujum. No es que los libros previos de Rick Riordan no tuvieran su propia dosis de "me olvidé y taché", es solo que no estaban tan marcados. Es como si cada párrafo de esta historia negara el canon previamente escrito, todos sus personajes son sombras de lo que alguna vez fueron. Percy, Annabeth, Quiron, el señor D., que de repente es agradable y no se equivoca con el nombre de Nico, que es la única persona a la que nombra en toda la obra, la verdad. La única que no logra valer en su breve aparición es Sally Jackson y, bueno, era difícil arruinarla con solo dos diálogos, pero hubo temor genuino de mi parte.
Aquí algunos de mis favoritos:
“Nico missed the other demigods, like Percy and Annabeth and Jason, even if he wasn't sure they missed him.”
― The Sun and the Star, capítulo 17
Este pertenece a un fragmento de memoria de cuando Nico va por primera vez al tártaro, y tiene la desfachatez de decir que extraña a Jason, cuando en realidad nunca tuvimos indicios de que se conocieran antes del Argo II. Vamos a intentar solventar esto pensando que se conocieron antes de la pérdida de memoria y, como Nico es un mártir, jamás se lo dijo a nadie.
“I remember how sad I was when you left to go find Percy," Will said to Nico. "When he disappeared."
"You rere sad? But... did we even know each other then?"
"Maybe not as close friends or anything, but... but I was drawn to you. Maybe it was because you were so mysterious. Maybe it was because you kept pushing everyone away whenever they tried to be your friend."
"Not a lot of people tried to be my friend in those days," said Nico.
"That's not true!" said Will, and for a moment his energy seemed to come back. "Plenty of us tried to be friendly to you, and you always had an excuse or a mean remark ready for us."”
― The Sun and the Star, capítulo 8
O aquí, cuando Will intenta gaslightear a Nico diciéndole que, en realidad, medio campamento quería ser amigo suyo, cuando a lo largo de los libros vimos cómo su apariencia y poder les causaba desagrado. No es en vano que, las personas que realmente intentaron ser amigas suyas, como Jason o Reyna, lo lograron, mientras los demás no. Ellos ni siquiera pusieron tanto esfuerzo y Nico los adora, así que no creo que los demás le hayan dirigido una palabra. Es más, al mismo Will ni siquiera le costó tanto hacer que Nico lo tratara como un amigo, así que, en qué nos basamos para decir que el problema de Nico era su personalidad oscura.
Es que, incluso lo vemos a lo largo de esta historia, cómo Will pretende que, a través de él, Nico deje de lado su esencia, su oscuridad, para que puedan encajar. Quizás no es algo que se diga en palabras textuales, pero la crítica constante de Will a todo lo que es Nico, la oscuridad, el inframundo, los chistes sobre muerte, los propios poderes del semidiós, llega a dar a entender esa idea. Incluso en uno de los arcos, Will tiene una conversación con Perséfone y le pregunta cómo pudo aceptar la oscuridad de Hades, porque él no cree poder hacer eso con Nico. La respuesta no se las doy, pero quiero que entiendan lo marcado que es el desagrado por la naturaleza Nico, como para que justo él venga a decir que muchas personas querían ser sus amigas, pero que él no les dejaba acercarse.
“Taking advantage of the creature's disorientation, he scrambled forward and drove his blade through its chest.
The creature wailed. "I just regenerated!" she screamed. "Come on!"
Then she crumbled into clumps of dust that broke apart in the goo"
No sé si soy yo, pero sentí que el estilo de los dos autores no se mezclaba de la forma que debería, lo que llevaba a situaciones muy incómodas, pues interpretaban a los personajes y sus relaciones de formas muy diferentes, por lo que hubo momentos en que los personajes decían algo y lo negaban al siguiente capítulo.
Esto también se vio muy marcado porque uno de los autores, yo apuesto por Mark Oshiro, tenía la desagradable costumbre de indicarnos cuando un personaje estaba soñando, mientras el otro simplemente lo hacía pasar sin darnos aviso, lo que debería ser la norma. Esto no solo era molesto porque, en lo personal, me sacaba de mi ritmo de lectura, sino que me hacía pensar que el autor nos cree lo suficientemente tontos como para no darnos cuenta de que nos encontramos ante una secuencia de sueño.
Creo que no se necesita hacer tanto énfasis en que están soñando. Creo.
Quiero decir, lo podrían justificar como que es un libro middle grade y no quieren que los jóvenes lectores no entiendan que EL SUEÑO SE TRATA DE UN SUEÑO, pero es quela serie original de Percy Jackson también era dedicada a un público joven y, aunque tenía un humor idiota, jamás llegó a tratar a sus lectores como tales. Por eso le tiro la culpa a Oshiro, porque no conozco su trabajo en solitario y alguien debe llevarse las reprimendas. El mismo tipo de anuncio extraño sucede en algunos de los flashbacks y, gente, es horrible.
Teniendo en cuenta que la mitad de este libro es recordar asuntos del pasado, pueden imaginarse lo molesta que me tenía el cambio de perspectivas constante.
La mitad restante también se dividió en dos, una parte para contarnos (sin mostrarnos) cómo es la relación de Will y Nico, y la otra parte para que hicieran su viajecito turisteado al Tártaro.
Hablo de hacer turismo porque, ejem, tanto hemos visto sobre el Tártaro siendo el peor lugar en el que podría caer un semidiós, dónde los monstruos cada segundo se están regenerando, y donde nadie es un amigo, para que a Will se le ocurriera que iba a ir allí sin un arma, porque oh, dioses míos, él es un sanador, no un asesino. Vamos a obviar que todo lo que hay allá abajo quiere acabar con él, y mandarlo de todas formas como apoyo moral.
Cuando leía sobre eso, me los imaginaba tal que así:
Will: "Sí, cuando nos ataquen monstruos, me escondo detrás del primer arbusto seco que vea y dejo que Nico se encargue de todo, preocupándose por él mismo Y POR MÍ 😀"
Y Nico tipo: "Sí, cariño, porque soy el Rey Fantasma y puedo con todo. Con todo menos lostraumas de abandono 😀"
Hilarante. Todavía tiene la desfachatez de decir, cuando Nico está en peligro, "Voy a ir a salvar a mi novio" ¿Con qué mi vida, con qué? Estaba más muerto que vivo, además, porque tú sabes, un hijo de Apolo sin sol. Es su kryptonita. Así que no solo iba sin arma, sino que estuvo moribundo por la totalidad de la historia, y además se la pasaba criticando todo lo que a Nico le gustaba. Ah, sí, ni siquiera sirvió de apoyo moral.
Hablando de " salvar a mi novio", sabían que se refieren a ellos así 102 veces en la obra. Teniendo en cuenta que la serie de la profecía de los siete tenía varias parejas establecidas y dicha palabra no aparece ni la mitad de las veces, vamos a echarle la culpa, otra vez, a Oshiro. Al pobrecito le culpo de todos los males habidos y por haber. Y el problema no es en sí que se llamen novios, eso son. El problema es que las oraciones eran del tipo: "El novio de Will, Nico, saltó", "Will, el novio de Nico, estaba pálido". Sí, amor, no hay más novios, tampoco hay más Wills o Nicos, sabemos a quiénes se refieren, basta. Es como si debieran aclararnos cada rato que están en una relación, probablemente porque no hicieron un muy buen trabajo desarrollándola sin que pareciera que preferirían estar con cualquier otra persona.
Para resumir un poco, The Sun and the Star se lee un poco como un mal fanfic. Desde el cambio en todos y cada uno de sus personajes, hasta una trama aburrida, llena de huecos argumentales, y que no cumple con establecer lazos de ninguna clase entre sus lectores y sus personajes, todo parece hecho con prisas y sin ningún cariño por las sagas anteriores pertenecientes al mismo universo. Por razones como esas, no considero que se deba considerar canon dentro del mundo y, por tanto, yo misma la tomaré como eso: una mala obra hecha por fans. Dicho esto, no me atrevo a recomendarla.
Vamos a terminar esto hablando de cuatro cositas más.
Por un lado, los cacodeimons. Que sepan, además, que si no le he puesto solo una estrella a estos libros es por su breve y muy dulce aparición, pues desde que se subieron a la barca con Will y Nico se me hicieron las cositas más adorables que hubo en la obra.
Los cacodeimons, por si no leyeron esta historia y están aquí por el placer del chisme, son unos demonios nacidos de Nyx, que hizo a obra y semejanza de las emociones negativas de Nico di Angelo. Es decir, a nuestro semidiós emo le tocó ser papá adolescente y sin mucho consentimiento, o conocimiento de causa. Y, aunque son muy lindos, no quita del plato que, en un libro para niños, una diosa primordial de quién sabe cuántos milenios de existencia, tuvo bebés demoniacos con un adolescente. Qué turbio. Muy clásico, pero muy turbio.
Por otro lado, la profecía se leía tal que así:
“Go foth and find the one who calls out your name,
Who suffers and despairs for refusing to remain;
There leave something of equal value behind,
Or your body and soul no one will ever find.”
― The Sun and the Star, capítulo 5
Que no solo suena demasiado infantil, sino que también es demasiado obvio sobre qué deben hacer. La cuestión es. Ambos deciden embarcarse a este viaje porque es para salvar a Bob, y mencionan que la vida de un Titán no es comparable a la vida de unos semidioses, así que no tendrían que quedarse atrás de ninguna manera. No saben lo que tienen que dejar, pero de alguna forma no van a ser ellos mismos.
Lo que terminan dejando es nada más y nada menos que las emociones negativas del pasado, lo que les permite seguir creciendo como personas y cambiar... Que no, tampoco es comparable con un Titán, pero de alguna forma les funcionó.
Demos otro giro, digamos que la profecía no se refería al cuerpo físico de Bob, digamos que se refería a sus propios sentimientos de cambio, de no querer su antiguo yo. Para eso, considero que debería tener sus recuerdos pasados, puesto que, si quieres ser una mejor versión de ti mismo, deberías poder conocer qué aspectos de ti quieres cambiar, no aceptar de forma ciega lo que otros han puesto sobre ti, así vives de expectativas, no de realidades, ni de las vivencias que te forman. En este sentido, tendría valor que Nico deje atrás esas emociones malas, pero, de nuevo, son las cosas que lo forman, así que yo considero que han perdido demasiado y no de forma clara, siendo la profecía muy, muy mala. Además, no estoy segura de que las vivencias y emociones de un Titán de miles de años sean comparables a las de un adolescente que ni es mayor de edad.
¡Pero esto tiene sentido! Ya que no es una profecía real, es una enviada por el mismísimo Hades, quien ya no entiendo si quiere ser un buen padre o solo un dios griego común, otra vez colocando a su hijo en una situación arriesgada cuando podría haberlo hecho todo él. Solo me pregunto si Apolo no se habrá enojado demasiado, sabiendo que utilizo a Rachel Elizabeth Dare, un oráculo en toda regla, como uno de los catalizadores para vomitar constantemente la profecía falsa hasta que Nico hizo caso. Formas de acoso.
Al final de la historia, Nico llama a Piper para hablar sobre Jason y decirle que quiere ser su amigo. Y no lo soporté. Por un lado, porque bien saben los que me conocen que Piper me cae muy, muy mal. Por otro, porque esto no es Nico, cero por ciento Nico, mucho OOC detectado. Y, por último, porque Piper es la llamada menos probable. Existen Hazel, ¡Reyna! Me lo imagino hablando con Reyna, quien conoció a Jason antes y después de la pérdida de memoria, que debe estar destrozada. Con Hazel, que es su hermana, y una de las pocas personas que lo entiende de forma genuina. ¿Qué tal encontrarse con Talía y tener un corazón abierto sobre cómo perdieron a sus hermanos de forma tan injusta, quizás? Pero Piper... Decepcionada, pero visto lo otro, no sorprendida.
The night Lyssa Cadogan's brother was murdered by a faerie-made monster known as the Beast, she made him a promise: she would find a way to destroy the immortal creature and avenge his death. For thirteen years, she has been hunting faeries and the abominations they created. But in all that time, the one Beast she is most desperate to find has never resurfaced.
Until she meets Alderic Casimir de Laurent, a melodramatic dandy with a coin purse bigger than his brain. Somehow, he has found the monster’s lair, and―even more surprising―retrieved one of its claws. A claw Lyssa needs in order to forge a sword that can kill the Beast.
When the witch Ragnhild decrees that Alderic and Lyssa must gather the other ingredients to forge the weapon together, or else the spell will fail, Lyssa gets more than she bargained for. Alderic is ill-equipped for the task at hand, and almost guaranteed to get himself killed.
But as the two of them search for the materials that will be the Beast's undoing, Alderic reveals hidden depths: dark secrets that he guards as carefully as Lyssa guards hers. Before long, and against Lyssa's better judgment, they begin to forge a blooming friendship―one that will either lead to the culmination of Lyssa's quest for vengeance, or spell doom for them both..
Kill the Beast, publicitado como una mezcla de El Castillo Ambulante y The Witcher, fue una de las novedades más esperadas del mes de octubre, teniendo a la fecha una calificación promedio de 4.15 (829 ratings). Esta buena recepción no se debe solo de la encantadora mezcla de dos franquicias con públicos enormes, sino porque la obra se vendió como uno de los subgéneros de la fantasía que más auge tiene en la actualidad, el cozy fantasy. Se trata del primer libro de la autora, Serra Swift, de quien poco más sabemos, pues mantiene una vida personal bastante privada.
Este libro contiene los siguientes posibles triggers: Abuso de poder, amputación, asesinato, depresión, misoginia, muerte, muerte de un menor, pérdida de un hermano, procedimientos médicos, sangre, suicidio (intento), uso de alcohol, uso de armas y violencia.
Por supuesto, vuelvo a ser la única y diferente, pues además de no encontrar aquí las vibras que me prometieron de las otras historias, también encontré que, en general, este es un libro bastante problemático.
En un mundo de fantasía donde los faes y los seres humanos conviven de forma poco amistosa, Lyssa se dedica a acabar con estos monstruos como forma de vida y como manera de obtener venganza, pues su hermano fue asesinado hace bastantes años por aquel conocido como La Bestia. Sus intentos, sin embargo, han sido un poco infructuosos, pues este monstruo en particular se ha escondido y no es habitual verlo. Eso hasta que aparece Alderic, un hombre rico que parece tener más dinero que cerebro y que dice saber dónde se esconde La Bestia. Juntos deben emprender un viaje para recolectar elementos que les permitan forjar una espada mágica y así acabar con el monstruo maldito de una vez por todas.
¿PROTAGONISTA FUERTE? NO, PROTAGONISTA MATONA
Es común en la literatura actual que quieran reivindicar lo femenino, dejar de vernos débiles, dependientes de los hombres y como si, en general, no nos pudiéramos cuidar en absoluto por nuestra propia cuenta. Eso es genial, buenísimo, pero hay que aprender a trazar esa línea entre una mujer fuerte y una que solo es una bully, Lyssa resulta ser del segundo tipo.
Se caracteriza sobre todo por no dejar que nadie se acerque a ella, siendo su única compañía un perro, Brandy, que le dieron cuando todavía era pequeña. Para mantener su imagen de persona poderosa e inaccesible, es común que recurra a la violencia física y verbal, haciendo de menos a los demás, invalidando las experiencias y sentimientos ajenos, pues según ella, no le competen, aunque a todos les debe interesar su mal humor. Esto se puede ver desde el principio, pero quiero comentar dos casos en particular:
1. Al inicio de la obra, Lyssa mata un troll y decide hacerse una capa con su piel. Ella, y todos los personajes con los que se cruza, dice de forma constante que los trolls son las criaturas más apestosas del mundo, así que imaginen cómo va oliendo mientras lleva esa capa inmunda por la ciudad, solo para hacer el punto de que es una chica súper mala y poderosa, porque en realidad no la necesita. Así que, cuando la gente inevitablemente se cansa de ella, y un valiente decide quemar la horripilante capa, su reacción es ir a partirle la cara al pobre tipo.
Sí, él no tenía el derecho a quemarla. Pero también, ella se aprovechó de la reputación que tenía para poder llevar eso a todas partes sin ser vetada, porque le tenían miedo.
2. Al conocer a Alderic, él la lleva a su casa, en donde Lyssa encuentra un montón de bordados y tejidos, de por sí le causa mucha gracia que alguien se dedique a hacer eso, porque ella es única y diferentey, por supuesto, rechaza todas las cosas femeninas, como los baños y la ropa limpia (estoy mofándome de su carácter). ¿Pero cuando se entera de que es Alderic quien los hizo? Bueno, digamos que va un poco más allá.
Ella no puede concebir que existan personas que se dediquen a cosas tan lindas y finas, que les guste la ropa y verse bien, pero que al mismo tiempo sepan defenderse. Por eso, su relación con Alderic en gran parte de la historia es tan solo mirarlo desde arriba, con una superioridad que raya en lo ridículo. No entiendo si la autora quiso hacer la contraparte de cómo se comporta la sociedad con la mujer, pero no me ha colado. Si era una crítica, no le siento la fuerza.
Finalmente, a pesar de toda la superioridad que se jacta de tener, termina siendo Alderic quien la rescata en diversas ocasiones, porque se sume tanto en la violencia, que no es capaz de pensar de manera racional. Bien sea que esté ante faes o ante otros seres humanos, pareciera que la única herramienta que tiene disponible son sus puños y la lengua viperina.
Por supuesto, una podría alegar que su comportamiento es necesario para su desarrollo de personaje, excepto que nunca lo tiene. A pesar de sus constantes metidas de pata con todas las personas que conforman su casi inexistente círculo social, son ellos los que se terminan disculpando con ella, mientras Lyssa asiente, como una pobrecita niña ofendida, a pesar de que ella se ha portado fatal con todos y cada uno.
TIENE MÁS ACCIÓN UNA PARTIDA DE AJEDREZ ENTRE RECIÉN NACIDOS
Bueno, el problema aquí es que nos han vendido a la protagonista como una asesina de monstruos, pero a la vez nos han vendido la historia como cozy fantasy, es decir, que una no sabe si esperar acción abundante, o que todo se resuelva por el poder de la amistad. Así que obtenemos los dos.
Un rato todo es asombroso y los problemas se resuelven porque Lyssa ama mucho a su perro, su hogar de la infancia y, por supuesto, insultar a otras personas.
Al momento siguiente nos dan los momentos de acción más feos y rebuscados de la vida. No es solo que la narración sea paupérrima, parece que a Serra de verdad se le dificulta escribir si se requiere movimiento, sino que todo es demasiado rápido, del tipo: "y entonces corrí, y llegué al lago, y me metí y le clavé la espada a la sirena. No sé cuánto tiempo, pero ya estaba oscuro. Y algo me tocó, pero era Alderic".
O sea, preferiría que pusiera nada. Si total solo nos sirve para que Lyssa abra la boca e insulte a diestro y siniestro. Y cada vez que Lyssa maldice, muere un hada. Bueno, quizá por eso le encanta hacerlo.
UN LIBRO ADULTO CON LOS MISTERIOS DE UN LIBRO INFANTIL (O MENOS)
Por los temas tratados a lo largo de la historia, que incluyen menciones de intento de suicidio, lenguaje vulgar, y mucha, mucha violencia, esta obra está catalogada para un público adulto. Sin embargo, parece que la autora ha olvidado eso por completo a la hora de querer introducir el plot twist de la misma, siendo que incluso a quienes les ha encantado cómo ella ha hecho las cosas, coinciden en que se veía venir desde el primer momento, pues no hay que ser un genio para que, si nos han vendido esto como inspirado El Castillo Ambulante, conectemos que el rubio dramático y encantador esconde más de lo que deja ver a primera vista. ¡Y es el único giro argumental que tenemos!
NO TODO ES MALO, TENEMOS EL PODER DE LA AMISTAD
Y aunque la historia está catalogada como romance, se trata de un romance platónico. Lyssa y Alderic desarrollan una "bonita" amistad, que incluye bastante violencia de ella hacia él, pero que funciona para los propósitos de la trama. Si esto fuera al revés, lo estaríamos condenando, pero bue... Lo cierto es que, desde mi punto de vista, nunca tuvieron ninguna especie de química que les ayudara a conectar más allá del trauma que sufrieron a manos de La Bestia. Un segundo Lyssa le está tirando súper duro a Alderic, al siguiente se vuelve loca porque le tocan un pelo. No me pregunten cómo funciona su cabecita retorcida, no lo he descifrado.
Se considera a la protagonista bisexual por su relación tranqui con Alderic, aunque ciertamente nunca vemos que sea algo más allá de amigos. Pudiéramos decir que, si hay un romance aquí, entonces se trata de uno muy casto, o uno muy abusivo, donde los besos son puños. Teniendo en cuenta que se nos narra la relación pasada de Lyssa con una mujer llamada Honey, en donde castidad era lo que menos existía, yo considero a la prota lesbiana.
En todo caso, aunque la relación de Alderic y Lyssa, romántica o amistosa, no me parece que tenga las bases ni las interacciones correctas, le abono que traiga a la mesa algo diferente. Sobre todo, porque es un libro de fantasía adulta, los cuales en los últimos años se han caracterizado por ser lo más explícitos posibles sin que les cataloguen como fantasía erótica.
Para resumir un poco, Kill the Beast presenta expectativas que no llegan nunca a término. Se trata de una historia que promete demasiado, pero que tiene una ejecución un poco pobre. Lo cual, teniendo en cuenta que es la primera novela publicada de la autora, puede entenderse bastante.
La obra tenía una base interesante, pero les ha faltado desarrollo a sus personajes. Aunque ha llegado al objetivo planteado en la misma, haber echado mano de obras y autores tan establecidos a la hora de hacer publicidad, considero que le ha jugado en contra, pues como lectora me he creado expectativas basadas en esas historias que me gustan tanto y, al no encontrar un buen resultado con las mismas, me he decepcionado más.
No considero que Kill the Beast sea una novela entretenida tal y como está, por el contrario, me resultó bastante soporífera. Por tanto, no me atrevo a recomendarla.
1. Todo sobre el amor | 2. Salvation: Black People and Love | 3. Communion: The Female Search for Love
Representación: Autora BIPOC
La falta de amor se ha convertido en el presente en un fenómeno común. Bell Hooks nos propone retornar a él, aprender a amar, ensenar el amor desde la infancia, desafiar la generalizada idea de que el amor romántico es el único auténtico y asumir todas sus manifestaciones -el amor a si mismo, a la comunidad, a la pareja y aun el amor divino- con honestidad, ética y compromiso. En cada etapa de nuestra vida, en lo público y lo privado, el amor cura las heridas, nutre el espíritu y brinda paz. Todo sobre el amor es la profunda reflexión de una mujer sobre el poder transformador del amor, escrita con una cuidadosa combinación de calidez despojada de sentimentalismo y agudeza intelectual. Una obra fundamental que nos descubre una nueva manera de comprender el amor.
bell hooks fue una reconocida activista social enfocada en raza, clase y género en las diferentes esferas de la interacción y comunicación humana, como la historia, la sexualidad y el arte. En su vida, publicó más de 30 ensayos relacionados a estos temas, siendo uno de los más reconocidos todo sobre el amor, cuya calificación promedio de GoodReads es de 4.02 estrellas (121,823 calificaciones) a la fecha, lo que denota la influencia que ha logrado generar en las personas, un impacto social que la persigue más allá de su muerte, en el 2021.
Este libro contiene los siguientes posibles triggers: Maltrato infantil, violencia doméstica, abuso emocional, sexismo y opresión patriarcal, desamor, abandono y pérdida, trauma y salud mental.
Para no desentonar con mi yo habitual, por supuesto que iba a ser uno de los cuatro gatos que opina diferente de lo que ha logrado aquí hooks. En esta obra, ella explora la idea que tenemos de amor 一romántico, familiar, propio, espiritual, en comunidad一 y expone sus propias definiciones, estableciendo el amor como una decisión consciente, ética y comprometida.
Creo que su definición de amor es uno de los pocos aspectos positivos que tiene el libro y, sin embargo, ni siquiera es suya, simplemente la adopta porque cree que es buena. Y tiene razón, es genial. Siempre consideré el amor algo que sucedía sin intención de uno mismo, que simplemente llegaba a ser. Pero después de leer esto y reflexionar, llegué a la conclusión de que el amor lo formamos con base a decisiones, de elegir personas y escoger querer incluso aspectos que de otra manera consideraríamos molestos. Resulta súper evidente para mí, mirando hacia atrás, que este ha sido el modo en el que he desarrollado todas mis relaciones, por lo que me hizo mucho sentido verlo expuesto como una posibilidad. Que, de todas formas, en algo tan abstracto como puede ser el amor, no es un concepto absoluto, solo uno que está en concordancia con mi forma de enfrentarme al mundo.
Hooks hace un énfasis importante en las maneras en las que se nos ha enseñado a amar desde la infancia: justificando el daño bajo la idea de un bien mayor. Esta idea, que de hecho está muy en auge hoy día, también fue un punto reflexivo y es que me pone en conflicto con mis propias creencias y los métodos con los que fui criada. Me hizo pensar el cómo se nos enseña a aceptar el daño físico y emocional como una parte natural de los procesos socio afectivos, utilizando frases como "lo hago por tu bien", o "me duele más a mí que a ti", que se suelen ver en el momento de justificar los castigos y silencios que se cometen contra los más pequeños y que vemos de forma distinta, como maltrato, cuando son personas más grandes. Sí, esto nos hace crecer creyendo que amar implica sacrificarse y aguantar, que si no nos duele no es real.
Mirar hacia atrás mientras me planteaba si en mis propias relaciones había ejercido este tipo de violencia o lo habían hecho contra mí, fue explorar el pasado con más incomodidad de la normal. Y, aunque probablemente la respuesta a ambas era un sí, también me hizo plantearme lo que dije más arriba: que, correcto o incorrecto, existen muchas formas de amar y no tienen por qué estar en concordancia con todas las experiencias de vida.
También debo decir que, este punto, aunque valioso en su intención, es de las primeras contradicciones que encontré en el discurso de hooks. Después de darnos esta charla extensa sobre el amor, continúa exponiendo el caso de su hermana, quien salió del closet como lesbiana y a la que su familia rechazó por el mismo motivo. tratándola de formas despectivas. Y hooks ni siquiera tiene un posicionamiento coherente con su discurso hacia este hecho. A pesar de no celebrar ni estar de acuerdo con los tratos de su familia, tampoco dice confrontar sus actitudes con la fuerza que una esperaría de alguien que acaba de escribir sobre la necesidad de amar de forma ética, libre y comprometida. Muy por el contrario, insta a su hermana a no separarse de su familia a pesar de las palabras hirientes que puedan dedicarle. Esto me molestó por diversos motivos:
(a) hooks ya expuso que el amor verdadero no maltrata ni es dañino. Así que la conclusión natural a esto es que su familia no ama a su hermana.
(b) Parte del discurso de amor propio es cuidar nuestros propios intereses y salud mental. Obligar a su hermana a quedarse, a pesar de la situación, solo parece decir que el amor hacia uno mismo es menos valioso que el "amor" hacia los demás.
(c) Más adelante hooks menciona que su familia terminó por aceptar a su hermana tal y como era, por lo que, de haberse alejado, su hermana se hubiera perdido de esta comunidad, dándose el crédito de poder ser una persona que promueve el amor todo el tiempo. Genial. Funcionó para ellos, supongo. Pero, ¿y si no lo hubiera hecho? ¿si la familia nunca hubiera aceptado a su hermana y ella, bajo su complejo de superioridad moral, tan solo hubiese hecho aguantar a pesar de que, desde sus propias palabras, los malos tratos no son amor?
“Abuse and neglect negate love. Care and affirmation, the opposite of abuse and humiliation, are the foundation of love. No one can rightfully claim to be loving when behaving abusively.”
Hooks expone el acontecimiento como si fuera una triste anécdota familiar de la que ella fue la increíble e inevitable salvadora. No hay una crítica directa. No quiso pararse a decir algo más allá de "no estaba de acuerdo con lo que el resto de mi familia hacía". No hay una reflexión sobre ellos al respecto, más allá de que ella tenía la razón y su hermana debía aguantar, sacrificarse un poco, discurso que rechaza todo lo que había dicho con anterioridad.
Y bien, ella es solo una persona en el gran esquema de las cosas, no hay forma en que pudiera resolverlo todo, claro, pero esperaba acción de su parte. Que hablara sobre cómo confrontar a las familias desde el amor y el respeto cuando suceden este tipo de cosas, que dijera que no le lanzó solo un sermón a su hermana para que se quedara a aguantar, sino también a su familia, para intentar demostrar que sus decisiones la herían. Porque, desde donde me paro yo, la decisión de aguantar conductas nace del amor; la de lastimar, sin importar la forma, no.
Considero que no basta exponer un ideal de amor: hay que sostenerlo incluso en las situaciones incómodas y en los vínculos difíciles que nacen en contextos reales. Y la verdad, no sentí que, en ese momento, hooks estuviera siendo firme con las ideas que intenta vendernos en su obra.
Otro aspecto que encontré desconcertante es que, a pesar de afirmar de forma continua que su análisis se aleja de la religión, la mitad de sus citas fueron pasajes bíblicos, llegando incluso a hablar de los ángeles, a veces como metáforas de la gente amable que encontramos por el camino; a veces como si realmente existieran.
No pretendo negar que la espiritualidad puede ser fuente de amor para muchas personas, pero establecerla en un libro que pretende explorar perspectivas refrescantes no me parece la mejor elección, sobre todo porque la espiritualidad, dependiendo de la religión desde la que se mire, puede resultar bastante violenta, no del tipo de amor que hooks nos explica. Por no hablar de las visiones misóginas que estas muchas veces presentan, cosa que hooks llega a comentar extensamente en su ensayo como algo negativo, pues los papeles sociales que se le han asignado históricamente al hombre y a la mujer han contribuido de forma bastante activa en la violencia que se ha vivido desde siempre.
Nacida de su misma visión espiritual, hooks evoca un sentimiento de autoridad moral, como si intentara darnos un sermón sobre lo que está bien y lo que está mal, sin notar su propio privilegio.
Uno de los ejemplos más claros es cuando habla de la codicia, en el capítulo 7. Allí, hooks nos cuenta sobre una mujer con escasos recursos económicos. Uno de los hijos de la mujer decide vender drogas y ella le ayuda, porque es un ingreso de dinero que antes no tenían. Hooks condena la decisión, considerando que la misma demuestra que la mujer no sabe lo que es amar, pues sus deseos de salir de su situación solo pueden ser producto del egoísmo.
Lo dice como si vivir en la pobreza no fuera una condición estructural. Que, a veces, sobrevivir exige decisiones difíciles, moralmente grises, pero necesarias. En lugar de ofrecer una reflexión más compleja sobre cómo el amor puede manifestarse en escenarios de precariedad, lo que hace es desestimar completamente a una madre, acusándola de estar cegada por la codicia, de no conocer el verdadero amor. Para mí, la decisión de esta mujer no es otra cosa más que el amor por sus hijos, su deseo de que coman mejor, de que vivan mejor y quizás, de que puedan salir de ese ciclo de pobreza. Los comentarios de hooks hacia las decisiones de esta madre me parecieron injustos. Que lo diga ella, a quien reconocemos (y se reconoce ella misma) como una mujer privilegiada, se me hace cruel.
Vuelvo a hacer un énfasis en su privilegio porque este no se manifiesta únicamente en su situación económica, sino también en la parte sentimental. Hooks escribe desde un lugar donde expresar sus ideas fue posible, donde pudo ser escuchada y, en muchas ocasiones, ser tomada como una prioridad. No tuvo que relegarse al segundo plano para sobrevivir ni moldearse por completo a las expectativas y demandas de otros. Aunque su familia haya sido estricta y difícil, no hay duda de que su situación económica y su escolaridad, le permitieron un camino del que muchas personas carecen.
Su posición influye en todo su discurso:habla del amor como si siempre hubiera un espacio seguro para cultivarlo, como si la disposición emocional fuera una constante. Y pareciera que te regaña si no eres capaz de hacerlo florecer a su manera. Sin embargo, para muchas personas, el amor se vive en medio de la precariedad, del desgaste, de las relaciones atravesadas por la violencia o la indiferencia. En esos contextos, insistir en que basta con perseverar y trabajar en la relación, puede sonar más a mandato que a esperanza.
El problema es que hooks no parece reconocer del todo que su manera de entender el amor no es universal y no contempla que, quizás, hay otras personas que no la tienen tan fácil o cuyo significado de amor esta atravesado por situaciones y experiencias diversas.