La casa grande, Álvaro Cepeda Samudio

La casa grande

Álvaro Cepeda Samudio

1962

Ficción histórica

La casa grande es el relato de la masacre de las bananeras, ocurrida en Colombia en 1928, un crimen perpetrado por el propio gobierno colombiano, que ordenó ajusticiar a los jornaleros que trabajaban en los campos de bananas y que se habían declarado en huelga, en contra de las condiciones de trabajo impuestas por la United Fruit Company. En paralelo, la historia de la familia que habita en La Gabriela, la casa grande, en la que cada miembro de la familia –el Padre, la Hermana, el Hermano– encontrará un destino irrevocable.

MI OPINIÓN

Esta es una opinión que podría considerarse súper chiquita. Primero, porque no estoy segura de cómo abordar el tema; y segundo, porque creo que estaría contando la historia al profundizar más. De cualquier forma, el punto central aquí es motivarlos a leer esto. Háganme caso.

Con esta historia hay un problema y es que creo que no va a entenderse del todo, si no se sabe de antemano qué paso, pues la obra, como tal, no te lo cuenta.

Entonces, me voy a tomar la libertad de explicarles un poquito qué es la masacre de las bananeras, si es que no son de Colombia, antes de hablar de la obra como tal.

La masacre de las bananeras sucedió en 1928 en Colombia. En ella, el gobierno colombiano mató un número indefinido de trabajadores de la United Fruit Company que se encontraban en huelga desde hace un mes con el fin de reclamar sus derechos y garantizar mejores condiciones de trabajo, pues Estados Unidos había amenazado con invadir a Colombia a través de su Cuerpo de Marines, si el gobierno colombiano no actuaba para proteger los intereses de la United Fruit Company.

En realidad esta historia es lo bastante larga y las motivaciones de todas las partes (huelguistas, la compañía, el gobierno) no son simplemente esas, pero puede sintetizarse (muy sintetizado) en lo que ya dije.

La obra nos habla de este suceso desde diferentes puntos de vista y con estilos narrativos lo suficientemente diferentes como para mantenernos enganchados a lo que se está diciendo.

Para mí, la historia más memorable es la de los soldados. Son dos de los hombres que fueron llamados a dispersar la huelga y dos puntos de vista completamente diferentes. Uno de ellos se cuestiona todo el tiempo sobre lo que fueron llamados a hacer, pues siente que los huelguistas están en su derecho y que las acciones que se están tomando son desproporcionadas; el otro, se siente feliz de servir a su gobierno y no cree que utilizar armas contra campesinos que luchan por sus garantías esté mal. Es una dualidad súper sorprendente de ver, porque la mayor parte de la historia son diálogos y hay realmente mucho contraste en sus formas de percibir el mundo.

-Es una huelga.
-Sí, pero no tienen derecho. También quieren que les aumenten los jornales.
-Están en huelga.
-Claro: y por eso nos mandaron: para acabar con la huelga.

-Dieron la orden de disparar y tuviste que hacerlo.
-No tenía que matarlo, no tenía que matar a un hombre que no conocía.

A pesar de que todos los capítulos giran al rededor del mismo tema, no todos están conectados per se. Algunos, como el de los soldados, son puntos de vista importantes para comprender cómo se entiende este acontecimientos histórico, pero no están, de cierta forma, conectados con la historia del libro en general.

La historia que sobresale es la de la familia de la casa grande, una historia que está llena de machismo, violencia intrafamiliar, odio y un sinfín de cosas más. Todo malo. Todo marcado de forma horrible con mayor intención gracias a la tragedia que sucedió.

Es una obra difícil de leer. Primero, por la violencia que consume la misma. Segundo, porque las diferentes perspectivas de la narración a veces convierten la historia en una especie de reto para saber de quién se está hablando, en qué momento y cómo. Pero, desde mi  punto de vista, vale muchísimo la pena.

La obra no se detiene después de que sucede la masacre, pues muestra como un hecho violento que pretende pasar sin más, mientras las partes beneficiadas o sin dolencia vuelven a sus vidas cotidianas, en realidad puede dejar marcados a todos los que fueron víctimas de él. Personas que perdieron y contra quienes se cometieron las injusticias; y que, buscándolo o no, el odio y el sentimiento de venganza puede sobrevivir generaciones antes de ser llevados a cabo.

-Es que si no hablamos ahora nos va a llenar el odio y entonces también estaremos derrotados.
-De todas maneras estamos derrotados.
-Sí: de todas maneras.