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25 abr 2021

The fascinators, por Andrew Eliopulos

The Fascinators
Andrew Eliopulos
2020
Fantasía | Young Adult | Romance
 

Living in a small town where magic is frowned upon, Sam needs his friends James and Delia—and their time together in their school's magic club—to see him through to graduation. But as soon as senior year starts, little cracks in their group begin to show. Sam may or may not be in love with James. Delia is growing more frustrated with their amateur magic club. And James reveals that he got mixed up with some sketchy magickers over the summer, putting a target on all their backs. With so many fault lines threatening to derail his hopes for the year, Sam is forced to face the fact that the very love of magic that brought his group together is now tearing them apart—and there are some problems that no amount of magic can fix. 
MI OPINIÓN
Sam vive en un mundo donde todos pueden utilizar magia, pero muy pocos lo hacen mientras los demás los condenan; está enamorado de su mejor amigo de toda la vida, James, con quien ha tenido momentos de tensión impresionantes, aunque no está claro en qué punto está su amistad y no puede contarle a su mejor amiga, Delia, porque quiere mantener su intimidad y esta es su última oportunidad de conseguir un buen lugar con su club de magia en la competencia ¿nacional? No estoy segura.

Todo parece normal, hasta que James revela que ha entrado en contacto con unas personas extrañas que ahora lo acosan, pues ha robado, sin querer, un libro de hechizos que les pertenecía. Ahora, Sam y sus amigos no solo deben lidiar con sus problemas adolescentes y la competencia, sino también con un culto que no descansará hasta tener devuelta lo que les pertenece.

Y sí, ya sé que parece una trama cool, pero creo que el autor se ha perdido un poco entre tantas ambiciones en un número tan pequeño de páginas, lo que ha resultado una decepción. Parece que al enfrentarse a uno de estos tres escenarios (amor, competencia, culto), los otros dos quedan completamente en el olvido, lo que no es humanamente posible, según yo; y, además, parece que incluso tuvieran horarios.

Lunes: Problemas amorosos.

Martes: Culto

Miércoles: Descanso para fingir que somos adolescentes normales y estudiamos.

Jueves: Entrenar para la competencia.

Bla, bla, bla. De verdad, no hay un día en que se mezclen dos cosas al tiempo. Así, como tenían muchas cosas en las que centrarse y pocas páginas, ninguna de las tramas se ha desarrollado de forma satisfactoria.

Empecemos por los problemas amorosos: 

Como ya dije, Sam está enamorado de James de toda la vida y a pesar de tener algunos momentos de confusión entre ellos, que parecen dirigir a algo más, nunca han aclarado nada. James vive con padres que odian la magia y también a Sam, porque es abiertamente gay, lo que tal vez lo cohíbe un poco de definir su relación con su amigo, pero no lo excusa de ignorarlo constantemente, solo mirarlo cuando otro chico se le acerca, con los celos a flor de piel y siendo un completo imbécil con esos otros chicos y tampoco lo excusa de no querer pasar tiempo con Sam.

Se nos dice muchísimas veces que en realidad este es un comportamiento extraño en James, que siempre ha tenido a Sam primero en todo y que lo ama demasiado (incluso si, tal vez, no es como a una pareja); pero son situaciones que solo logramos ver en flashbacks que tiene Sam utilizando la magia, por lo tanto su actitud actual me parece horrible, porque los recuerdos NO son la realidad. Si me pongo a pensar en el pasado con mi ex novio, voy a pensar en cientos de momentos bonitos que vivimos, eso no significa que en el presente yo siga enamorada de él o él de mí o que si ambos realmente nos queremos nuestra relación vaya a ser la misma, porque las personas cambian, los momentos también.

Entonces, a la ecuación entra un personaje nuevo, Denver, que es un año menor y parece super atraído por Sam, al principio, al menos; y aparentemente Sam también es medio estúpido por él. Lo que sí, hola triángulo amoroso.

Denver no es una mierda con Sam al nivel de James. Es un chico bonito (en personalidad, lol, no salgan con otra cosa), que se preocupa por él y le busca lo mejor. El problema: no hay química. Porque todo el tiempo sabemos que Sam quiere a James y que incluso si Denver le parece un poco atractivo, su decisión siempre va a ser James.

El conflicto amoroso se centra así, además de en el triángulo amoroso sin sentido, en Sam queriendo hablar con James para definir si van a seguir siendo amigos o van a pasar al siguiente nivel. Y, a pesar de que es esta charla (en el arco amoroso) lo que estamos esperando toda la historia, nunca se da. Las cosas se solucionan como por arte de magia (lol, algo bueno con la magia de esta historia :0)

Aunque la pareja final fue la elección obvia y la que esperaba, la verdad sí me siento decepcionada. Esta historia no necesitaba un arco de romance, sobró la mayoría del tiempo.

¡La magia! Lo primero que noté es que el sistema de magia de esta historia es extraño y pobre. Los dos factores aportan ampliamente a que no le encuentre el más mínimo sentido y que lo odie, en su mayoría.

Primero, realmente no tiene sentido que en un mundo donde la magia es tan parte de todos y que literalmente se necesita para sobrevivir, como si fuera algún órgano o la sangre o lo que se te ocurra, se le tenga tanto miedo y se crea que los que la practican son medio malvados. Más aún que en un mundo donde sigue existiendo Harry Potter nadie saque tiempo para practicar y mejorar sus habilidades con la misma. ¡¿Es que dónde andan todas esas personas que quieren ir a Hogwarts en esta realidad?!

No se habla de un límite en la misma ni formas de practicarla, al menos siendo joven, que no sea empíricamente, aunque por suerte existen miles de páginas web con diferentes hechizos, supongo que los mismos tienen la fiabilidad de buscar por qué te duele la cabeza en google. Sabiendo entonces, que todas las personas tienen la posibilidad de hacer magia, al parecer sin un límite establecido, aunque a algunas personas se les da mejor unas cosas que a otras, ¿por qué no hay una regulación? ¿y por qué todos los colegios no tienen la obligación de enseñarla de forma segura? Es que me imagino a estos adolescentes, sin restricciones, matando a alguien con su magia o utilizando un hechizo de la web que se supone que te ayuda a pasar un examen, pero resulta que sirve para romper los huesos de la persona en la que estás pensando. Qué se yo. Si quieres que tu trama se desarrolle en un mundo con magia naturalizada (y satanizada), que al menos se note que es natural (y satanizada).

Por lo menos hay una cosa buena de manos de Delia y es que ha eliminado esa creencia estúpida que incluso el prota tenía de que hay magia buena y mala (una de las razones por las que crítico tanto Harry Potter). Hay magia y depende de cada cual su forma de usarla.

La trama principal, la de culto, me parece un poquito floja. La cuestión aquí es que James ha cogido el libro y ha utilizado en él una especie de hechizo de transportación. Cuando él era pequeño y usaba este truco, las cosas aparecían en su cuarto, pues ese era su lugar seguro; pero ahora que es un adolescente, no tiene idea de cuál pueda ser ese lugar, por lo cual el libro se encuentra parcialmente perdido en algún lugar importante para James.

Se nos dice que los villanos son unos de los portadores de magia más buenos y con habilidades de la vida; sin embargo, el conflicto surge de la necesidad de devolverles el libro que James ha desaparecido sin querer. Un libro que, si fueran realmente tan buenos y excepcionales, podrían haber encontrado por su cuenta con un hechizo de rastreo o algo parecido. Pero no, ellos necesitaron de cuatro adolescentes sin un uso excepcional de la magia, para rastrearlo y devolverlo a sus manos.

Por suerte, para que no se aterren, esta no es toda la trama con el culto. Pero lo que pasa después deberán descubrirlo ustedes, si quieren leer la historia. No obstante, mi conflicto con el arco del culto sigue presente: villanos que nos presentan muy fuertes, casi invencibles; pero que son superados por adolescentes con el poder del amor, aunque dichos adolescentes estaban más concentrados en su concurso de magia que en ellos.

Para hablar un poquito de los personajes de la historia, puedo decir que Sam y todos sus amigos son unos solecitos (a excepción de Delia y James. Guau, esos son todos sus amigos. Olviden todo) estúpidos (aquí sí aplican Delia y James). Si bien ninguno me cae bien, creo que tienen personalidades marcadas que los acompañan durante toda la historia, por lo que a pesar de mis corajes con absolutamente todos, creo que están bien desarrollados, dentro de lo que cabe.

Los segundarios son un poco peores, pero como no tienen mucha importancia, no me voy a detener en ellos.

Las familias de estos chicos van de un extremo al otro. Por un lado, tenemos los padres de James: sobreprotectores al punto de parecer locos. Por el otro los de Delia: cansados de llevar haber criado a sus otros dos hijos, por lo que la dejan hacer lo que quiera, pero no le dan dinero desde que tiene edad suficiente para trabajar al menos de medio tiempo. En el medio los de Sam: lo acompañan a sus reuniones de la comunidad LGBTI+ vigilando como halcones todo lo que hace, pero nunca se preguntan qué está haciendo con su magia y amigos (ya saben, como desafiar un culto). Así que los únicos adultos involucrados en esta historia, si no contamos a los villanos, son los padres de James y, desde que solo aparecen dos veces para alejarlo de Sam, podemos entender que esta es otra de esas historias donde los adolescentes sin idea de nada, terminan teniendo idea de todo por obra y magia del autor, más no de lo que sabemos que ellos pueden hacer o no.

Para terminar, ¿puedo hacer mención a otro hospital literario donde los doctores no tienen ni idea qué es un hospital o cómo actuar como un medico real? Primero, dan información confidencial de un paciente a personas x; que bueno, son sus amigos, pero sigue siendo un menor de edad, existe la confidencialidad y todo eso. Como padre, pensaría en demandarlos. Segundo, le dicen a un niño que no tienen tratamiento para su hermano, ¿y hola? Es un niño. Para empezar ni siquiera tienes motivos para darle información cuando sus padres están allí y son a ellos a quienes debes reportar y ¡es un niño! (¿ya dije que era un niño? no parecen haber suficientes momentos para reiterarlo)

La idea es muy buena, creo que el autor ha fallado en su ejecución por todas las cosas que quería abarcar en una cantidad de páginas muy reducida. Un libro más gordo tal vez hubiera cumplido bien con el objetivo (o tal vez sería 60% relleno), nunca lo sabremos.

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