Idk cuál es el título original, sorry
Luciano de Samósata
Siglo II (entre 125 y 185 d.C.)
Historia corta
En este texto agudo y divertido, Luciano de Samósata ataca sin piedad al hombre rico, pero inculto y vicioso, que acumula libros sin entender nada de ellos y con el único afán de proyectar una buena imagen de sí mismo.
MI OPINIÓN
Cuando esta historia llegó a mis manos lo primero que pensé es: joder, ahora mismo que leer se considera una moda y sale tantísima literatura basura y sin trasfondo, hay bastantes lectores ignorantes. Basta con revisar cualquiera de estas webs que proliferan hoy día para encontrar entradas de "razones por las que se debería dar literatura juvenil en los colegios/escuelas/lo-que-sea", lo que solo estimula la lectura por placer definida por Barthes (y eso que ni siquiera la de todo el mundo)
Ciertamente, aunque encontré un poco de esto, también me estrellé un poco, porque me he sentido aludida entre estas páginas.
Samósata también crítica al lector que no presta atención a lo que está leyendo y alude a esto como mancillar a los buenos autores. No puedo evitar sentirme identificada porque incluso recientemente me he perdido el significado oculto de Bartleby, el escribiente, de Herman Melville [Aquí] y me he dedicado a leer por encima, a fingir que leo, mejor dicho; sin tomarme el tiempo de analizar por mi cuenta y darme el tiempo de rumiar las ideas que podrían haber atravesado la mente del autor al decidir escribir ciertas cosas.
Luciano revela una opinión que compartía hasta cierto punto y es que leer libros por placer no nos sirve de nada; pero que leer libros demandantes centrándonos únicamente en el placer, tampoco. Y es que, siendo así, jamás vamos a sacar nada de las obras. Estaremos repitiendo como loros, sin generar diálogo.
Btw, sé que generar diálogo es una absurdidad cuando estamos hablando de un libro, puesto que el libro en sí mismo no genera debate; pero la cuestión es que leer sin cuestionar, leer sin goce, nos hace lectores ignorantes sin importar cuantos libros leamos al año; porque todo el mundo se apresura a completar su reto de goodreads o se hace maratones de tres o cuatro libros en un día como bien vemos en YouTube, pero no damos el tiempo de procesar una historia, de analizar lo que tiene escrito entre sus páginas es lo peor que podemos hacernos a nosotros y a los autores, pues nos da una falsa sensación de sabiduría y cultura, cosas de las cuales realmente carecemos.
No sé ustedes, pero pensar que seguimos repitiendo los mismos errores relacionados con la lectura que nos persiguen incluso desde las épocas anteriores a cristo, me parece un poco descorazonador. Por supuesto, hoy tenemos otras formas de lectura que nos facilitan todo; pero seguimos viviendo y, por consiguiente, leyendo en el afán. Lo peor es que incluso hoy en los colegios se motiva la lectura rápida, o en el Internet se venden cursos para aprender a leer tres libros, o más, por semana. Si nuestra lectura ya es tan pobre, no me quiero imaginar qué vendrá después.
Luciano revela una opinión que compartía hasta cierto punto y es que leer libros por placer no nos sirve de nada; pero que leer libros demandantes centrándonos únicamente en el placer, tampoco. Y es que, siendo así, jamás vamos a sacar nada de las obras. Estaremos repitiendo como loros, sin generar diálogo.
Btw, sé que generar diálogo es una absurdidad cuando estamos hablando de un libro, puesto que el libro en sí mismo no genera debate; pero la cuestión es que leer sin cuestionar, leer sin goce, nos hace lectores ignorantes sin importar cuantos libros leamos al año; porque todo el mundo se apresura a completar su reto de goodreads o se hace maratones de tres o cuatro libros en un día como bien vemos en YouTube, pero no damos el tiempo de procesar una historia, de analizar lo que tiene escrito entre sus páginas es lo peor que podemos hacernos a nosotros y a los autores, pues nos da una falsa sensación de sabiduría y cultura, cosas de las cuales realmente carecemos.
No sé ustedes, pero pensar que seguimos repitiendo los mismos errores relacionados con la lectura que nos persiguen incluso desde las épocas anteriores a cristo, me parece un poco descorazonador. Por supuesto, hoy tenemos otras formas de lectura que nos facilitan todo; pero seguimos viviendo y, por consiguiente, leyendo en el afán. Lo peor es que incluso hoy en los colegios se motiva la lectura rápida, o en el Internet se venden cursos para aprender a leer tres libros, o más, por semana. Si nuestra lectura ya es tan pobre, no me quiero imaginar qué vendrá después.