A song for Lya
George R. R. Martin
1976
Fantasía | Historias cortas
Two telepaths investigate the newly discovered world of Shkea, where every native inhabitant, and an increasing number of human colonists, worships a mysterious and deadly parasite. Winner of the 1975 Hugo Award for Best Novella.
MI OPINIÓN
Esta historia ha sido la decepción más grande que me he llevado en lo que va del año.Desde que no espero nada de los autores que leo, creo que el problema ha sido precisamente ese. Sí esperaba cosas de Martin, porque ya había tenido la oportunidad de leer el primero de Canción de hielo y fuego, lo que dista mucho de esta recopilación de historias.
Bien, las historias, en general, tienen un tema en común (o dos) y eso es una mirada futurista de la tierra, esa parte de la fantasía llamada ciencia ficción. En mi impresión, creo que todas (o por lo menos la mayoría) se desarrollan en un mismo universo, pero en distintos momentos del mismo. Tenemos, por ejemplo, la vista de un mundo apocalíptico que llega a manos de la radiación y, más adelante, humanos adaptados a vivir bajo tierra producto de un fin del mundo radioactivo.
Pero lo que sobresale en la mayoría de los relatos son los planetas nuevos, distintas razas extraterrestres, algunas extrañas, otras no tanto; viajes por agujeros de lo que Martin llama espacionulo (que en mi ignorancia no sé si existe. Perdón por no poner atención en mis clases del colegio) e investigación de todas estás maravillas.
Sí, no les miento. Cuando di con esta recopilación estaba buscando libros de teorías conspirativas de reptilianos. Me encantan esos temas.
El problema que he tenido en general con las historias, es que no hay nada impactante en ellas. Son muy monótonas, aburridas, predecibles y terminan como si fueran ideas de las que no se encontró más solución, como si Martin quisiera sacárselas de encima para poder continuar con algo mucho más importante. Admito que, si fue para escribir Canción de hielo y fuego, hasta se lo dejo pasar.
El relato que le da nombre a la recopilación, en realidad fue de los que menos me gustaron. Trata de dos súper humanos (no se llaman así, aclaro), uno de ellos lee los sentimientos de las personas y el otro lee mentes. Ellos son llevados a un planeta para descubrir por qué los seres humanos se están convirtiendo a la religión que profesan los extraterrestres nativos de ahí, pues ésta les hace cometer suicidio en algún punto de sus vidas.
¿La premisa suena bien, no? Lamentablemente, como soy una persona mas bien solitaria y que no tiene la necesidad de sentir que le quieren (que es básicamente el problema del relato), me ha parecido más una tontería, que algo impactante.
Sin embargo, tampoco quiero decir mentiras, hubieron algunos que, aunque no me encantaron, tampoco me parecieron un desacierto, como Esa otra clase de soledad, que si no fuera por la constante presencia de Karen (¿notan que siempre hay una Karen?) hubiese sido mil veces mejor; o Y siete veces digo: al hombre no matarás, que me parece muy realista, encuentro muchos paralelismos, pero el final es demasiado confuso y bobo para lo que venía siendo el resto.
Esto no quiere decir que a ustedes les suceda lo mismo. Dado que mi empatía mantiene más bien por el suelo con personajes literarios que no me despiertan ningún instinto maternal, es probable que a ustedes les resulten interesantes los relatos y, tal vez, hasta amen estas historias.
Las ideas, en general, me parecen geniales. Lo que desatina un poco son las ejecuciones de las mismas. Pero nadie es un genio y es normal que hayan historias más poderosas que otras.
Según entiendo, son los primeros pasos de Martin en la literatura. Como los de todo el mundo, no son perfectos, pero el camino a la digievolución es lo suficientemente importante. Bien ahí. Tomen motivación de este hombre si acaso quieren ser escritores: inicios humildes, pero un futuro prospero.
