Autor: Rainbow Rowell.
Año de Publicación: 2011.
Género: Romántica Adulta - Contemporáneo.
Autoconclusivo.
''Hola, soy el tipo que lee tu correo electrónico, y que también, te ama...''
Beth Fremont y Jennifer Scribner-Snyder saben que alguien está monitoreando sus correos electrónicos laborales. (Todos en la sala de redacción lo saben. Es una política de la empresa). Pero en realidad no se lo toman muy enserio. Siguen enviándose una a la otra correos interminables y completamente hilarantes, discutiendo cada aspecto de sus vidas personales.
Mientras tanto, Lincoln O'Neill no puede creer que ahora este sea su trabajo: leer el correo electrónico de otra gente. Cuando aplicó para ser ''oficial de seguridad de internet'', se imaginó construyendo firewalls y acabando con hackers, no escribiendo un reporte cada vez que un reportero de deportes enviaba un chiste sucio
Cuando Lincoln se cruza con los mensajes de Beth y Jennifer, él sabe que debería reportarlas. Pero no puede evitar entretenerse y cautivarse por sus historias.
Para el momento en que Lincoln se da cuenta que se está enamorando de Beth, ya es demasiado tarde para presentarse.
¿Qué diría...?
Attachments es la tercera novela que leo de Rainbow Rowell, y la verdad fue que la descubrí por pura casualidad pues no es exactamente muy nombrada. La empecé sobre todo porque aún no sé qué pensar de Raibow, pues algunas de sus novelas me han parecido buenas, pero otras malas y sin sentido. Definitivamente Attachments está entre las que me han gustado.
Empiezo hablando de Lincoln, un chico de 28 años que no tiene ni idea de lo que quiere hacer con su vida; se la ha pasado la mayor parte del tiempo en la universidad terminando distintas carreras, los únicos amigos que tiene son los mismos que hizo en su primera carrera en la universidad, pues es bastante tímido como para intentar hablar con las personas, aún vive con su madre y no ha logrado olvidar a su última novia a pesar de que han pasado casi diez (10) años desde que dejaron de verse. Estos pequeños puntos lo hacen ver realmente como un perdedor.