Yo he estado desmotivada. Y me he dado cuenta que en la últimas dos entradas he dicho casi lo mismo. Sí, las cosas no mejoran por estos rumbos, pero espero que lo hagan pronto.
He leído bastante, pero no me he sentido con las ganas de hacer reseñas, así que les traigo una entrada de relleno, para no dejar de nuevo abandonado el blog y porque me he dado cuenta de que puede ser que sufra de perdida de memoria, porque hay libros que he olvidado en su totalidad que he leído, me di cuenta de ello mientras revisaba las viejas entradas y las que nunca llegué a publicar, así como las imágenes que quedaron guardadas luego de haber eliminado alguna entrada que llevaba mucho tiempo a medias en borradores y que ya no me apetecía retomar.
Así que vamos a ello.
Encontré la portada de este libro entre las imágenes de reseñas jamás publicadas y mi cabeza hizo cortocircuito, porque no la recordaba de absolutamente nada.
Haciendo un poco de memoria, pude caer en cuenta que el que estuviera por allí tampoco era tan raro, porque en una época estuve un tanto emocionada por leer historias de este tipo y el que haya buscado no se me hace para nada extraño.
Pero, no recuerdo nunca, de lo que se dice nunca, haber leído esta historia. Por lo tanto y ya que no tenemos pruebas de que si lo haya hecho, pues su reseña nunca salió a la luz y en ese tiempo no llevaba ninguna red social de lectores, ¿quizás alguien hackeo mi blogger? Va, estoy siendo un poco dramática.
La cuestión es que no recuerdo nada de esto.
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Está confirmado el hecho de que sí leí este libro, porque está reseñado aquí mismo, en este blog y si no estoy mal, por ese tiempo llevaba Lectorati, así que también debe estar allá
Pero, si no fuera porque de casualidad vi que tenía esa reseña, igual y podría haberlo visto en otro blog y pensar que nunca en mi vida lo había leído, porque ya les cuento, que ni siquiera la reseña me refrescó la memoria de todo lo que había pasado.
Recuerdo vagamente que fueron a nadar con tiburones. Creo. Y que el protagonista era de los chicos populares. Si comer dependiera de que yo recordara la trama de este libro, probablemente me moriría por inanición.
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His Kiss de Melanie Marks. [Aquí]También ponemos decir que esto es un caso severo de perdida de memoria, pero el hecho de que leí este libro está bien comprobado, puesto que tengo una reseña de él en este blog y probablemente también sea de mi tiempo de Lectorati y esté aún más confirmado allá.
Pero no recuerdo absolutamente nada de él. Vagas ideas de que la protagonista se besa con alguien al inicio, son las que rondan mi mente y ni siquiera sé si es que lo estoy confundiendo con una de esas tantas novelas románticas ñoñas que me encantaba leer por aquel tiempo en donde empecé con este blog.
Lo que son los nombres de los protagonistas o los rasgos de la trama en general, los he olvidado completamente.
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El (sin) Sentido del Amor de Javier Ruescas.
Este fue un libro que nunca vio la luz en este blog, creo haber hablado de él en algún booktag y decir que no me había gustado nada de nada, pero es que ahora mismo, realmente no recuerdo casi nada.
Sé que el protagonista se la quería dar del Casanova de este siglo, pero nada más, mi mente se ha quedado en blanco en lo que a la trama respecta y es probable que sepa lo del personaje, porque es lo que he recuerdo que más he visto destacar en las reseñas de este libro que he leído.
Puede ser, sin embargo, que aunque mi reseña no haya visto la luz por aquí, si que esté en goodreads y eso podría ser una buena medicina y recordar de qué rayos hablaba este libro y por qué en su momento no me gusto, nada de nada.
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Lo siento mucho por esta historia, recuerdo que en su tiempo me gusto mucho y me encantaría recordar por qué fue, pero siendo un libro romántico dudo que me guste mucho hoy día.
Había olvidado completamente la existencia de este libro hasta que vi la reseña y recordé que me había gustado, solo al ver la puntuación. Lo que sucede, es que en aquel tiempo mis reseñas eran dedicadas solamente hacerles saber si la historia me hacía llorar o no, porque es lo que yo creía que era calidad en ese entonces. Así que no hay absolutamente nada de información.
Recuerdo que el protagonista se convertía en gato y que por el final lloré mucho, más allá de eso, tengo la mente completamente en blanco.
Y, gracias a los buenos dioses de la memoria, eso ha sido todo. Porque, qué clase de persona sería yo si olvidara absolutamente todo lo que leo.
Ojalá también pudiera olvidar que leí otros libros, ya saben, eso de ahorrarme el trauma mental que me cree. No son pocos, puede que yo sea muy mala.
En fin, nos vemos en la próxima 😉
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